Quiero jubilarme ya
Quiero jubilarme ya, que me dejen descansar después de haber trabajado durante tantísimos años. Quiero dedicarme a disfrutar tranquilamente de ese monumento natural que tengo adosado, los Sotos de la Albolafía. Observar esos pájaros sin que sobre mis espaldas sigan pasando toneladas y toneladas de metal. Creo que es hora ya de que después de dos mil años de servicio público, me encomienden tareas más propias de mi edad: intercambiar recuerdos con los caminantes, constituirme en infraestructura turística amigable, servir de lugar de intercambio de opiniones entre ciudadanos que disfrutan de la brisa que me circula, etcétera.
Recuerdo que el 25 de marzo me prometieron la jubilación: "si estaba abierto el puente de Miraflores, el puente viejo será inmediata y definitivamente cortado al tráfico". Este retoño mío ya funciona pero a mí me siguen teniendo a pie de tajo. Me han comentado desde Gerencia que el joven de Miraflores aún no funciona al 100%, pero es que yo llevo al 100% dos mil años. ¡Qué difícil es que en Córdoba avancen las cosas! le comento a San Rafael que asiente decepcionado.
Quiero descansar ya de una vez, dejar de oír a esos turistas escandalizados de que uno de los mejores puentes romanos del mundo siga soportando esa carga de tráfico. Incluso he oído a concejales de ideología conservadora de otras ciudades comentar el maltrato que se me sigue dando. Ojalá el Ayuntamiento de Córdoba hubiera creado ya esa figura de Defensor del Mayor, que tanto pide Salvador Alba desde Senada, para que tuviera a alguien que velara por mis derechos. Vosotros, los de la Oficina del Plan de Excelencia Turística, interceder también por mi retiro. Carmen búscame estar jubilado para el festival de la Guitarra.
Desde esta tribuna exijo mi jubilación ya, mis vacaciones eternas y espero que una vez sea pensionista no me cubra de granito algún arquitecto inlúcido, de esa piedra tan poco recomendable climáticamente para el entorno urbano donde llevo viviendo por cerca de 20 siglos. Quiero que me cubran de materiales ligeros, frescos, cerámicas, que dejen transpirar esa solera y esa profesionalidad que he demostrado fehacientemente.
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