Fox llega al ecuador de su mandato en medio de críticas
Las elecciones legislativas del domingo en México pondrán a prueba su Gobierno
El PIB mexicano apenas ha crecido desde la investidura presidencial de diciembre de 2000
Las corporativas estructuras del partido que fue régimen durante siete decenios permanecen casi inalterables, y las reformas esenciales, entre ellos la del Estado, fiscal, laboral y energética, estancadas.
El PIB apenas ha crecido desde la investidura presidencial de diciembre del año 2000, y durante este ejercicio lo hará en torno a los 2,1% puntos, según una prospección del Banco de México. El magro índice no fomentará la prosperidad ni la creación de empleo. De hecho, se perdieron más de 300.000 por la contracción de Estados Unidos, donde México coloca casi el 90% de sus exportaciones. El desencanto es notorio entre las filas ilustradas y profesionales de esta nación de cien millones de habitantes, el 51% en la pobreza. "No nos pueden pedir que en tres años resolvamos los problemas acumulados durante 71 años", señala un estrecho colaborador de Fox.
El temor de los analistas es que el presidente no acierte a encarrilar la solución de los problemas ni en un año ni en seis, por las propias responsabilidades y porque no cuenta con mayoría en el Congreso. "No se han creado instituciones que sustituyan a las ya agotadas del régimen priísta. Y, además, no se puede gobernar un país con retórica", señala Carlos Gallegos, profesor de Análisis de Coyuntura Política de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). "O bien Fox vive en un mundo completamente aislado, o no escucha a sus consejeros, que deben estar enterados de lo que pasa. La distancia entre lo que ocurre y lo que dice es enorme".
El gubernamental PAN (Partido Acción Nacional) probablemente pagará las consecuencias en las elecciones que este domingo renuevan los 500 escaños de la Cámara de Diputados, 6 de los 32 gobiernos estatales y medio millar de alcaldías en 11 Estados. El voto útil que emigró hacia Fox y hacia el PAN, como resultado de la sanción al PRI, el 2 de julio del año 2000, puede optar por otros partidos o abstenerse. "Fox fue un candidato extraordinario, pero sus torpezas durante estos tres años han sido enormes. Opina de muchas cosas que no sabe. Ahora acaba de decir que el 100% de los mexicanos tiene acceso a los servicios bancarios", agrega Gallegos.
México es un país gobernado por las encuestas, según el priísta César Augusto Santiago. El mes de julio del pasado año, una sublevación campesina, machete en mano, logró que el Ejecutivo cancelara el multimillonario proyecto de construcción de un nuevo aeropuerto internacional. La marcha atrás deparó a Fox un triunfo demoscópico, pero también las protestas de quienes, los inversores entre ellos, consideran imprescindible la terminal, y que no debe confundirse autoridad con autoritarismo. Y los honores rendidos en abril, con poco a cambio, al principal exponente de la corrupción sindical priísta, fallecido hace siete años, escarnecieron a los mexicanos que habían apostado por una clara ruptura con el pasado.
"Saludo con respeto a don Fidel Velázquez, quien fuera pilar y ejemplo del sindicalismo en México", dijo el presidente al conmemorar los 67 años de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Para Enrique Krauze, director de la revista Letras Libres, la responsabilidad en la crisis nacional la comparten por igual un Ejecutivo poco ejecutivo y un Legislativo "obsesionado con sacar a Fox de Los Pinos (residencia presidencial)". No obstante, el pluralismo que arrancó en los noventa con las sucesivas reformas electorales cobró fuerza durante la última presidencia priísta (Ernesto Zedillo- 1994-2000) y la actual del ex ejecutivo de Coca-Cola y ex gobernador de Guanajuato.
La Ley de Acceso a la Información Pública, en vigor desde junio, es meritoria, y las corrupciones perpetradas en el pasado con la complicidad de los tres poderes son hoy tan improbables como en alza la promoción de los derechos humanos y la probidad. Miles de funcionarios y cómplices del narcotráfico han sido purgados o detenidos. La estabilidad macroeconómica y los 50.000 millones de dólares de reservas, gracias en buena medida al petróleo y a las remesas de los emigrantes, son banderas oficiales con vistas a las legislativas del domingo. México es un buen país para invertir, según las agencias calificadoras de riesgo.
La inflación disminuye: un 5,7% en el año 2002, y cerca del 3% a finales de éste; los tipos del interés, en torno al 5,6%, y el déficit fiscal, del 1,2% durante el pasado ejercicio. Destacados empresarios sostienen que conviene dejar de obsesionarse por la disciplina para proceder a una mayor inversión interna y pública porque, a juzgar por las encuestas, el mexicano percibe pocos o ningún cambio en su bolsillo y vida diaria respecto a las administraciones emanadas del PRI.
Las promesas pendientes
Vicente Fox prometió un crecimiento del 7%, y una reforma fiscal que multiplicaría la recaudación tributaria (actualmente, el 14,7% del PIB, contra el 29, 7% en EE UU) y reduciría la masiva evasión (el 3,1% del PIB). La reforma multiplicaría los ingresos y los programas sociales. La oposición la rechazó porque, entre otras objeciones, fijaba un IVA a alimentos y medicinas. Quedó convertida en una inofensiva miscelánea. "Se vendió mal la reforma", reconoce un funcionario.
El proyecto de ley del Ejecutivo sobre los derechos de los 10 millones de indígenas mexicanos, tampoco fue negociado con eficacia. La ley aprobada fue rechazada por los zapatistas de Chiapas, alzados desde 1994, y por las organizaciones indigenistas. El pretendido acuerdo migratorio con EE UU, que facilitaría la progresiva legalización de cerca de cuatro millones de indocumentados mexicanos, parece hoy una quimera. La reacción mexicana tras el 11-S no satisfizo a Washington, y menos el rechazo a la invasión de Irak. La Casa Blanca impuso entonces los asuntos de seguridad, la vigilancia de una frontera común de 3.200 kilómetros, como primera prioridad de la agenda con su vecino sureño.
