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Los checos piden perdón a Austria por las expulsiones tras la II Guerra Mundial

El primer ministro checo, Vladimir Spidla, dio ayer "un gran paso hacia adelante", según su homólogo austriaco, Wolfgang Schüssel, al decir que la declaración checo-germana de 1997 en la que Praga lamentó haber expulsado y expropiado a la minoría alemana tras la II Guerra Mundial abarca también a Austria. Spidla hizo esta declaración en el foro de discusión política sobre Europa que se ha celebrado este fin de semana en el monasterio de Gottweig, en Baja Austria.

Sus palabras contribuyen a reconciliar a checos y austriacos, cuyas relaciones han estado empañadas por ese hecho a raíz de los decretos de Benes, por los que fueron expulsadas y expropiadas tres millones de personas de origen alemán que vivían en el territorio de Bohemia y Moravia (ahora en la República Checa) como represalia porque parte de ellas habían simpatizado con el régimen nazi. Viena ha reprochado desde entonces a Praga, sobre todo tras la caída del comunismo, que no se hubiera distanciado de esa medida y no se hubiera enfrentado a su pasado como Austria con los judíos, a los que desde hace años ha comenzado a indemnizar simbólicamente y a restituir bienes que les expropió. Schüssel respondió a las palabras de Spidla que representan una oportunidad para "una convivencia igualitaria común" en la UE.

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