Susheela Raman ofrece en 'Love trap' el mestizaje oriental con el pop
La artista de origen indio experimenta sobre todo con el 'funk' y el 'blues'
Susheela Raman es el ejemplo perfecto de la creciente fascinación en Europa por los sonidos orientales. Nacida en Londres hace 29 años, de padres indios tamiles, supo conjugar en su debú (Salt rain, 2001) melodías tradicionales de su país con ritmos de Occidente, y hasta un acercamiento a la obra de un finado de culto, Tim Buckley. La prolongación de aquella aventura llega ahora con Love trap, un disco "con más funk, blues y experimentación", dice.
Raman es ya un icono en la órbita de las llamadas músicas del mundo. Su primer disco alcanzó cotas insólitas: no sólo fue elegido como mejor álbum en los prestigiosos galardones de la BBC / Radio 3, sino que compitió a los premios Mercury junto a P. J. Harvey y Radiohead y alcanzó el disco de oro en Francia. Nada más ver la luz, Love trap vuelve a cosechar adhesiones entusiastas. "Susheela es como oír a Billie Holiday cantando música clásica del sur de la India", sentencia el crítico de FRoots, la revista señera del sector.
La cantante de Shaki maro o Ye meera divanapan hai explica su fórmula en términos de naturalidad. "Soy una inmigrante de segunda generación en busca de una identidad propia, lo que no siempre resulta sencillo. Pero no creo necesario saber cultura india para disfrutar de esta música, porque transmite sentimientos muy universales", objeta.
Raman pasó largos años en Australia, colaborando en formaciones de funk y soul, antes de sentir la llamada de sus ancestros. En 1995 tomó lecciones de música india del maestro Shruti Sadolikar y dos años más tarde colaboró con el dúo de los hermanos bengalíes Joi, paladines en la alianza entre Oriente y la electrónica. Pero Susheela no tardó en desmarcarse de ese fenómeno del London East, el llamado Asian underground. "Claro que admiro a Talvin o a Nitin , pero mi modo de sentir la música cogió cuerpo durante aquel periodo australiano. La playa o las vibraciones del océano establecen unas coordenadas diferentes, una interpretación más pausada".
En Andalucía
Love trap se registró en el estudio de El Cortijo, en tierras andaluzas, y cuenta con el piano privilegiado de Dorantes en dos de sus cortes, Dhamavati y Bliss. Otras aportaciones corren por cuenta del grupo de cantos guturales Yat-Kha, desde la república de Tuva ("son mi banda favorita de todo el mundo"); el clarinetista griego Manos Achalinotopoulos; la kora de Tom Diakite, del grupo Tama, o la batería de Tony Allen, rey del afrobeat. El repertorio explora himnos religiosos escritos en sánscrito o telugo, pero también aporta incursiones por Etiopía (en el tema central) o la canción de autor norteamericana, con una versión de Save
me, de Joan Armatrading.
"Sí, éste es un disco que todos colocarán bajo la etiqueta de músicas del
mundo", concluye su responsable, "aunque el concepto me siga pareciendo un poco ridículo. No creo que tengan mucho que ver las músicas clásicas de la India con Manu Chao, por ejemplo, pero compartimos estantería". Y remacha: "En el fondo, me siento más cómoda considerándome una cantante de pop que de ritmos étnicos".
Babelia
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