El Chacal vota por Bin Laden
Carlos promete en un libro más terrorismo en Occidente
Semiolvidado en la cárcel donde cumple cadena perpetua, el terrorista más famoso de los años setenta y ochenta intenta infundir miedo otra vez. Ilich Ramírez Sánchez, más conocido como Carlos y El Chacal, promete terrorismo "casi cotidiano" a las "podridas democracias" occidentales. "Sólo hombres y mujeres armados de una fe total en los valores fundamentales de verdad, justicia y fraternidad serán aptos para librar a la humanidad del imperio de la mentira", amenaza.
Carlos fue detenido por el contraespionaje francés en Sudán en 1994 -secuestrado y entregado, según su versión- y vive preso desde entonces, primero en la vetusta cárcel parisiense de La Santé y ahora en un recinto de alta seguridad. Aun así ha conseguido sacar al exterior los textos con los que un periodista ha compuesto un libro de 278 páginas. Fuentes de la Administración penitenciaria suponen que para ello ha utilizado a su abogada francesa, con la que se casó por la ley islámica, tras convertirse a esta fe.
El Chacal no sólo justifica el 11 de septiembre de 2001 y los atentados posteriores "contra el imperialismo". Además encuentra en el "vacío espiritual y moral" de las sociedades occidentales el caldo de cultivo para el progreso del islamismo, gracias a "testimonios ejemplares de sacrificios de vidas al servicio de la fe, el declinar del cristianismo, los matrimonios mixtos y el rechazo a la inmoralidad intrínseca de la sociedad mercantil, la corrupción de las costumbres".
Le emociona que una parte de la juventud se haya movilizado contra la "guerra americana" en Irak y le enorgullece que muchas mujeres se pongan el velo islámico para "no exponerse a las miradas concupiscentes".
Nadie mejor que él para saber que todo movimiento necesita un jefe. Conoció a Osama Bin Laden a principios de los setenta, le expresó su admiración a raíz de los "hechos de armas" en Washington y Nueva York (se refiere al 11 de septiembre de 2001) y ha visto confirmado su ojo clínico. "El jeque Osama, en razón de su inmenso carisma, es ciertamente un caso único en la historia reciente", escribe. Trata de desmentir las relaciones atribuidas a Bin Laden con los servicios secretos norteamericanos y sostiene que "lo esencial de sus relaciones" lo fueron con el jefe del servicio secreto saudí.
El hombre que secuestró a los embajadores de la OPEP en 1975 y protagonizó sangrientos atentados dice que Bin Laden "encarna una revolución en marcha". (...) Se ha convertido en el héroe de todos los oprimidos, musulmanes o no", y le exhorta a proteger su vida, "porque es el símbolo vivo de la yihad". De paso, Carlos advierte al Viejo Mundo -"de Irlanda a China"- de que constituye el verdadero objetivo del "totalitarismo" estadounidense.
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