Fomento ya no tiene plazos para el AVE

Sin fecha en el calendario. La llegada del AVE a Barcelona y más, si cabe, el tramo de conexión hasta Francia no tienen plazos. Una vez evidenciada la imposibilidad de que el tren de alta velocidad llegue en 2004, el Ministerio de Fomento ha optado por la estrategia de no hablar de plazos. Benigno Blanco, subsecretario de Estado de Infraestructuras, que ayer firmó la constitución del consorcio de seguimiento de las obras y la sociedad para construir la estación de la Sagrera, no dio ni una sola fecha. Hasta la misma constitución del consorcio y la sociedad se ha hecho con un retraso de un año.

"Preferimos hablar de fechas a medida que se vayan concretando las unidades de obra. Creemos que es más sensato dar plazos según se vaya avanzando", contestó el secretario de Estado de Infraestructuras a las preguntas sobre las fechas de llegada del AVE.

Incluso en el tramo de Lleida a Can Tunis, que ya está en obras, tal como destacó el propio Blanco, tampoco hay plazos. Pero es que, antes de llegar a Can Tunis, el tren de alta velocidad no tiene todavía un trazado definitivo en dos puntos: en Sant Sadurní y a su paso por el río Llobregat. En este último caso, el problema reside en que Fomento defiende que el AVE pase el cauce por la superficie, mientras que el Ayuntamiento de El Prat y la Generalitat apuestan por soterrar las vías por debajo del río.

La comisión técnica de seguimiento de las obras del AVE todavía no se ha reunido para intentar llegar a un acuerdo sobre ese punto. Tanto Blanco como el consejero de Política Territorial, Felip Puig, afirmaron ayer que los contactos se reanudarán de forma inmediata para zanjar ese asunto.

Con ese panorama, se produjo ayer la comparecencia de Blanco, en representación del Ministerio de Fomento, de Puig y del alcalde de Barcelona, Joan Clos, tras la firma de la sociedad que posibilitará la construcción de la estación de la Sagrera. El único que se aventuró a dar algún tipo de plazos fue Clos al referirse a la construcción de la estación. "Se requerirá un mínimo de dos años para construirla", dijo. Claro que esos dos años hay que contarlos a partir del inicio de las obras. Así las cosas, podría darse el caso de que la estación de la Sagrera estuviera acabada y el tren no hubiera llegado todavía a Barcelona si persisten las múltiples incidencias y los problemas con que está tropezando el tren de alta velocidad de Madrid a la frontera francesa.

La firma de la constitución del consorcio de seguimiento de obras y la creación de la sociedad se han realizado al cabo de un año del acuerdo entre las tres administraciones. Pero Blanco se resistió a llamarlo retraso: "No se debe hablar de tiempo perdido porque hemos preferido definir exactamente la forma de financiación y la sociedad". La firma inicialmente se fijó para el pasado mes de mayo, en plena campaña electoral, y se tuvo que aplazar a instancias del consejero Puig, que alegó tener otros compromisos.

Barcelona Sagrera Alta Velocidad es el nombre de la sociedad que coordinará y ejecutará la construcción de la gran estación central del AVE, que además agrupará las de metro, Cercanías de Renfe, taxis y autobuses.La zona de la Sagrera se ha proyectado como un nuevo polo de actividad terciaria y de residencia, con oficinas, hoteles y viviendas. La llegada del AVE supondrá el cubrimiento de las vías casi desde el puente de Calatrava hasta el nudo de la Trinitat y la creación de un gran parque que sellaría la cicatriz existente entre Sant Martí y Sant Andreu por el trazado ferroviario.

La firma de ayer supone el disparo de salida para emprender todos los proyectos relacionados con la reurbanización de la Sagrera.

La sociedad tendrá un capital social de 600.000 euros y estará participada al 50% por el Ministerio de Fomento -a través del GIF y de Renfe-, y la Generalitat y el Ayuntamiento retendrán cada una el 25%.

Para ejecutar el proyecto de la Sagrera, Fomento aportará 134 millones de euros; la Generalitat, 105 millones para las obras de las líneas 4 y 9 del metro, y el Ayuntamiento, 18 millones para la construcción de un depósito de aguas pluviales. A estas cifras se añadirán 196 millones de euros por aprovechamientos urbanísticos que se obtendrán por el incremento de la edificabilidad acordado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat.