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Reportaje:

Las Harley toman Barcelona

La mítica motocicleta de Milwaukee celebra su primer siglo de vida

Desde hace algunos días, al habitual zumbido de los enjambres de escúteres, el petardeo de las Impala y el resoplido de las multicilíndricas orientales que pueblan el paisaje sonoro de las calles barcelonesas se ha sumado un estruendo menos frecuente: el de los dos cilindros en V de centenares de Harley-Davidson, venidas de toda Europa para la gran fiesta motera del fin de semana. Se esperan alrededor de 8.000 moteros. ¿A qué se debe el honor de la visita? Resulta que la marca de motos más antigua en activo cumple 100 años, y para celebrarlo por todo lo alto se ha embarcado en una gira mundial que sólo tiene dos etapas europeas. La primera es en Barcelona: empieza hoy y se prolonga durante todo el fin de semana. El Open Road Tour -así ha sido bautizado este circo- ya recorrió diversas ciudades americanas (Atlanta, Baltimore, Los Ángeles, Toronto y Dallas) y capitales como Sydney y Tokio antes de recalar en España. A finales de mes el tour concluirá en Hamburgo, la segunda ciudad europea honrada por la conmemoración motera.

Un desfile de 15 kilómetros culminará la fiesta de aniversario de la bicilíndrica más famosa del mundo

Que un fabricante de motocicletas monte una gira como si de una banda de rock se tratara puede parecer raro, pero estamos hablando de los Rolling Stones de las dos ruedas. Y, mira por dónde, el veterano grupo también se deja caer por la ciudad, el domingo, para recocijo de los centauros a pistones. Nueve ciudades de todo el mundo podrán vivir la mayor fiesta de cumpleaños rodante de la tierra, una Harley extravaganza. En el Open Road Tour todo el mundo encontrará algo a su gusto, desde exposiciones dignas de museo, hasta colecciones de motos Harley-Davidson, espectáculos musicales y actividades infantiles. Además, todo consagrado a una buena causa: los beneficios van destinados a recaudar fondos para la Asociación de Distrofia Muscular. No podía faltar el toque solidario en esta colosal operación de mercadotecnia -legítima: ninguna otra marca puede presumir de centenaria, y menos con tan buena salud-, que sus promotores califican de The world's largest rolling birthday party.

El escenario elegido para ese macrocumpleaños es el Anillo Olímpico de Montjuïc y ocupa unos 10.000 metros cuadrados de superficie. Junto al Palau Sant Jordi se ha instalado un museo con cuatro áreas temáticas: colecciones privadas; las Harley y el rock and roll; las Harley y Hollywood; las Harley y los tatuajes. En el programa figuran demostraciones de especialistas en conducción acrobática sobre dos ruedas y se ha habilitado un circuito de pruebas para harleys; dos aparcamientos de motos para los centenares de visitantes; grandes carpas de merchandising; y un gran escenario para los conciertos, que presentan un cartel de lujo: Simple Mind y M-Clan (hoy), y Stranglers y Pretenders (mañana). La actuación de los Rolling Stones no tiene nada que ver con el Open Road Tour, pero ambas organizaciones se han coordinado para sacar todo el partido posible de la feliz casualidad. Se esperan alrededor de 50.000 personas.

Incluso se cuenta con la presencia de Willie G. Davidson, vicepresidente de Harley-Davidson Motor Company, nieto de William A. Davidson, uno de los cuatro fundadores de la mítica empresa en un barracón de Milwaukee allá por 1903, el mismo año en que los hermanos Wright alzaban el vuelo. El señor Davidson -"llámame Willie G."-, que empezó a trabajar para Harley-Davidson en 1969, no se ha limitado a ejercer de hijo y nieto de. "Mi padre, que era uno de los jefes de la compañía, no era de esos tipos que hubiesen permitido a su hijo poner un cartel con el nombre en la puerta del despacho y quedarse ahí sentado, sin más. Quería que hiciera realmente un trabajo en el seno de la fábrica; así lo entendí, y así lo hice". Willie G. es autor de muchos de los mejores modelos de la marca, y entre ellos de una moto mítica sobre la cual se le sigue preguntando muchos años después, como a un músico veterano se le pregunta por aquel tema tan existoso que un día compuso: la XLCR Café Racer, de 1970, larga, negra y seductora máquina (es conocida en España la que posee el fotógrafo madrileño Alberto García Álix).

El punto álgido de la fiesta será el multitudinario desfile programado para el domingo por la mañana: un recorrido de 15 kilómetros por la ciudad. Miles de moteros tatuados, ataviados con chupas negras y cascos alemanes, pasearán por las calles los relucientes cromados de sus máquinas. El espectáculo son ellos, no quepa ninguna duda.

Dos veteranos <i>harlystas, </i>ayer, en el centro de Barcelona.
Dos veteranos harlystas, ayer, en el centro de Barcelona.J. SÁNCHEZ

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