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Suzanne Vega defiende su condición de escritora

La cantautora neoyorquina presentó en Mallorca 'Retrospective', su último disco

Pálida, de negro y con su nítida mirada azul, la cantautora de Nueva York, Suzanne Vega, dio el pasado lunes en Mallorca el único concierto programado en España en su actual gira europea. La intimista y comprometida artista -se manifiesta "antiguerra" y describe el "sentimiento de lucha contra el liderazgo republicano en EE UU"- presentó Retrospective (Universal), una antología que reúne 21 canciones.

Se trata de "un punto y aparte para volver a empezar", comentó Suzanne Vega a propósito de esta selección, que arranca con su mítica canción Luka (1987) e incluye Tom's diner y Marlene on the wall. "Sobre todo soy escritora, más que compositora", manifestó, "aunque creo que en cuestiones musicales voy haciéndome un poquito mejor con los años. En primer lugar soy una escritora que trabaja con las rimas y el ritmo del texto. Me encantaría convertirme en una poeta".

Suzanne Vega cantó bajo un techo de guirnaldas blancas en el catafalco de las fiestas -gratuitas- de San Juan del pueblo de Muro. Agarrada a su guitarra, escoltada por un bajo, un batería y un guitarrista, resumió con susurros su pasado y sus apuestas, en un día de agobio subtropical.

En Mallorca, donde se presentó por cuarta vez, tiene un público de culto. "Mi sueño es llegar a escribir una larga novela que ocurra en Mallorca. Sería divertido sumergirse en la historia de Chopin y George Sand, que pasaron un invierno en Valldemossa, con la santa medieval [Santa Catalina Thomás, La beata] que se ha comparado con Juana de Arco".

Vega no ha renunciado a su estilo y dice que atiende a la vez a las familias musicales tradicionales y a las de vanguardia y que, además, se relaciona con la música electrónica. "Me gusta que mis canciones suenen contemporáneas y me dejo inspirar por cualquier sonido. No quiero limitarme en la expresión y voy al jazz y al rock, por ejemplo".

De familia de Puerto Rico, con ancestros en España, Suzanne Vega viaja ahora con su compañero y su hija Ruby, de casi nueve años. Vincula su pasión por seguir con giras interminables "a la excitación de subir al escenario y encontrar la conexión con el público. Cuando no estoy de gira, sueño: me veo sobre un escenario en una prueba, con un público formado sólo por tres borrachos que no me atienden. Entonces siento la presión de asumir el reto y hacerles escuchar mi música".

Como le ocurre a Woody Allen, la cantante tiene más audiencia en Europa que en su país. "En Europa se cuenta con tradición e historia para asimilar las canciones que tienen carga poética detrás y hay más poso de ideas intelectuales".

Leonard Cohen le pasó a Vega un libro de poemas de Federico García Lorca y con los años actuó en la huerta de San Vicente de Granada: "Fue muy bello", recuerda. Desde la posición de lectora y escritora confiesa admiración por "los clásicos": Camus, Sartre, Joyce, Steinbeck y Faulkner ("a veces cuando no se pone excesivamente intenso").

"No me incomoda que me llamen intelectual. Creo que es exacto porque es verdad", contesta para afirmar a continuación: "Sí, soy antiguerra". Vega vive en Nueva York a unas quince manzanas del lugar donde estaban las Torres Gemelas. "Es ya una ciudad muy distinta, ahora Nueva York tiene dos partes muy diferentes y el país está dividido, más de lo que la prensa refleja".

Vega ha escrito una canción sobre la tragedia. "En EE UU hubo un sentido de patriotismo, pero crece la población que cree que no se debe seguir ciegamente a Bush, y que muchas cosas que él ha hecho no tienen sentido y que deben ser examinadas, e incluso luchar contra ellas", concluye Suzanne Vega, que advierte de que se está produciendo una movilización "en la izquierda estadounidense por el miedo que produce la derecha cuando todo lo controla y lo centraliza".

Suzanne Vega.
Suzanne Vega.A. M.

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