"He llorado, claro que he llorado; son 35 años"
Vicente del Bosque (Salamanca, 1951) está en pleno proceso de digerir que sus 35 años de permanencia en el Madrid, "desde meritorio hasta lo más alto", se han acabado de golpe. Un gong final a una larga etapa que se ha extinguido a la vez que se consumían los postres de una cena de la directiva del club. Una llamada desde un restaurante acabó con sus casi cuatro temporadas como preparador del primer equipo. Pero mucho antes de que Florentino Pérez, el presidente, pidiera la cuenta, Del Bosque ya intuía que no se le renovaría el contrato; que eso era lo que se había decidido en los despachos; que en las alturas se cree que su "librillo" no está actualizado, que es demasiado clásico y ya está polvoriento. En definitiva, que no sirve. Y Del Bosque sonríe, aunque reconoce que de lo que tiene ganas es de llorar.
"Soy totalmente moderno. Venir de los campos de tierra no significa ser más primitivo"
"Nunca creí al presidente cuando dijo que me renovaría. Me lo tomé con una sonrisa pícara"
Pregunta. Florentino Pérez dice que es usted un antiguo, que no es moderno y que se necesita a un entrenador más "tecnificado".
Respuesta. [Una risa amarga antes de replicar] No le puedo contestar más que con una sonrisa.
P. ¿Pero reconoce que es un preparador tradicional, algo pasado de moda?
R. No lo sé. Yo creo que soy de esta época, que soy totalmente actual, muy moderno. Pero, si no es así, qué se le va a hacer. Yo no puedo cambiar de manera de ser.
P. Florentino Pérez dice que se ha acabado su ciclo en el Madrid porque estaba empezando a dar malos síntomas
R. Eso no lo puede saber nadie. Lo mismo si me hubiese quedado en el equipo, en noviembre íríamos magníficamente o el público me estaría echando una bronca terrible. Lo de los ciclos es una expresión vacía de contenido. No significa nada. Sólo es socorrida. Además, yo no he visto esos síntomas.
P. Le prometieron renovar su contrato hace tan sólo dos meses y hoy está en la calle con una mano delante y otra detrás.
R. Cuando el presidente dijo todas esas cosas, yo me lo tomé con una sonrisa pícara. Nunca me lo creí. Sabía que no iba a ser así. Ya lo he dicho con anterioridad.
P. La directiva del Madrid piensa que su proyecto estaba agotado
R. He salido del club con la cabeza bien alta. Y no sólo yo. Éramos cuatro técnicos que veníamos de los campos de tierra, de la cantera, y eso no quiere decir que seamos más primitivos o menos avanzados en táctica. No creo que haya cometido ningún delito.
P. ¿Cree que ya no puntúa ser de la casa y normal?
R. Sí, sí que puntúa. Hay un perfil de madridista que estaba encantado conmigo. También tengo que reconocer que cuatro años al frente de un equipo con tanta repercusión mediática como el Madrid castigan mucho a cualquiera.
P. Florentino Pérez sostiene que los mensajes con usted no llegaban bien a la plantilla. ¿Qué opina?
R. Que tengo poco de lo que presumir. Pero si tengo una virtud como entrenador es la de haber conducido muy bien a la plantilla. De hecho, me han llamado varios jugadores para ver cómo estaba.
P. ¿No se le subían los jugadors un poco a las barbas?
R. Tenía problemas con los que menos jugaban porque estaban muy quemados, claro. Pero incluso el que peor sabor de boca me deja, que es Tote, al que he tenido muy relegado, ha trabajado de forma fenomenal, y eso que siempre ha sido un chico díscolo.
P. ¿Ha sido poco sumiso con los dirigentes?
R. No, no hay que confundir los términos. He sido disciplinado. Pero no hay que entender eso como sometimiento. La verdad es que he trabajado con libertad. Sólo he recibido instrucciones concretas en dos ocasiones. Una, cuando la final de la Supercopa de Europa, en Mónaco, en la que no conté con Morientes porque se suponía que se iba a marchar del equipo. También me dijeron en enero que no jugase Solari porque iba a ser moneda de cambio con el Inter por el fichaje de Ronaldo y lo acaté.
P. ¿Le duele que le hayan pagado así su disciplina?
R. No estoy cabreado por la moneda con la que me han pagado. La vida es así. Sé que no ha habido animosidad. A mí el presidente me tiene cariño.
P. ¿Le dolió la manera de comunicarle su no renovación?
R. Habría agradecido que fuera un pelín antes, eso sí. Pero la verdad es que me creo lo que dicen de que lo que han hecho ha sido para mejorar. Aunque las formas no me hayan terminado de gustar del todo.
P. Ha dicho que para usted salir del Madrid sí es el fin del mundo
R. He pasado de meritorio a tener el cargo de mayor rango. Sabía que la siguiente estación era la de salida.
P. ¿Ha dejado caer alguna lágrima?
R. He llorado, claro que he llorado. Me he emocionado al rememorar los 35 años que llevo en el club. En el Madrid he pasado toda mi juventud y es un lugar en el que me han mimado y me han cuidado muchísimo.
P. Y ahora, ¿qué?
R. Ya veremos. No quiero precipitarme. No hay prisas. Pero la verdad es que me gustaría seguir entrenando.
P. ¿Y cómo se sentirá cuando vaya a Chamartín y se tenga que sentar en el banquillo visitante?
R. No tiene por qué ser así. Yo conocí a un entrenador, Miljan Miljanic, que no nos acompañó a Belgrado cuando yo jugaba porque no se quiso sentar en el banquillo visitante ante su ex club, el Estrella Roja. Aunque esto no quiere decir que yo vaya a hacer eso.
P. ¿Irá como espectador?
R. Sí, claro que iré al estadio cuando quiera. Eso sí, de manera discreta. Sin molestar a nadie.
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