Llamazares pide a Madrazo que no fomente la marcha contra el Supremo

Casi cada vez que el debate político sobre la ilegalización de Batasuna crece en intensidad, el líder de IU, Gaspar Llamazares, sale a matizar las declaraciones del coordinador en el País Vasco, Javier Madrazo. El último de estos episodios se produjo ayer, cuando Llamazares pidió públicamente a su federación vasca (Ezker Batua) que "deje enfriar cualquier respuesta de confrontación, como las movilizaciones".

De esta manera estaba mostrando su disconformidad con la idea de Ezker Batua, que promueve, junto a Eusko Alkartasuna, una gran manifestación contra la querella que el Tribunal Supremo ha interpuesto contra los miembros en la Mesa del Parlamento vasco de PNV, EA e IU, por oponerse a la disolución del grupo heredero de Batasuna. Madrazo llamó el sábado a los ciudadanos a salir a la calle "en defensa del autogobierno vasco, como hizo durante el franquismo y la transición".

Antes de que Llamazares saliera públicamente a tratar de atemperar esta postura de su federación vasca, habló con Madrazo. Primero le pidió que enfríe el debate sobre la movilización y luego pactó, como siempre, dar una de cal y otra de arena. A la vez que criticaba la idea de la manifestación, rechazaba abiertamente la querella presentada por el Tribunal Supremo y pedía su retirada. Entre los implicados está la representante en la mesa de Ezker Batua, Kontxi Bilbao.

Llamazares suele aprovechar cada situación de máxima tensión política en el País Vasco para concluir que "ha llegado la hora de apostar por el diálogo" y parar así la "espiral de confrontación". El coordinador general, y también Madrazo, han apostado siempre por aparecer como el eje de una apertura del diálogo entre dos "trenes" que tienden a chocar: PP y PSOE por un lado y PNV y EA por otro. Por eso a Llamazares le preocupa tanto cada vez que el aumento de la tensión coloca a su federación vasca claramente escorada del lado nacionalista, entre otras cosas porque comparte con ellos el Gobierno. Ahora sólo puede confiar en que la manifestación, aún no convocada, acabe suspendiéndose.