Las pantallas planas cada día más baratas

Aunque los monitores de tubo de 17 pulgadas cuestan menos de la mitad y la superficie de la pantalla es algo más grande, el volumen más reducido, la ausencia de parpadeo y el menor consumo de las pantallas planas justifican su compra. En estos momentos se puede encontrar en las tiendas un monitor plano de 15 pulgadas de marca conocida por menos de 300 euros.

Únicamente en tareas de edición o retoque de imágenes, donde se requiere una pantalla muy grande y una elevada fidelidad de color que sólo consiguen los monitores de tubo, está plenamente justificado la compra de estos últimos. Si se quiere ajustar el presupuesto de la compra de un nuevo ordenador, en muchos casos es preferible ahorrar 100 o 150 euros con un procesador o una tarjeta gráfica de menores prestaciones y quedarse con una pantalla plana.

La opción más recomendable es una pantalla plana de 17 pulgadas, que equivale a un monitor de tubo de entre 18 y 19 pulgadas porque no se desaprovecha espacio en los bordes. El problema aquí es que mientras una pantalla TFT de 15 pulgadas cuesta entre 300 y 400 euros, las de 17 pulgadas difícilmente bajan de los 530 euros. Esta diferencia de 200 euros, como mínimo, hace dudar a más de uno. Sin embargo, no hace ni un año que las pantallas de 15 pulgadas costaban más de 500 euros, lo que ahora valen las de 17 pulgadas. Como muestra, el monitor 172V de Samsung, de 17 pulgadas, cuesta ahora 529 euros. Su nivel de luminosidad es de 250 candelas por metro cuadrado y su ángulo de visualización, de 140 grados en vertical y 120 grados de horizontal. El contraste es de 350 a 1, mientras que el modelo de 15 pulgadas equivalente alcanza los 300 a 1. La duda, por tanto, ya no es si monitor de tubo o plano; es si conviene más el plano de 15 o de 17 pulgadas.