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Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Jugándose la vida

El primer libro de Asdrúbal Hernández, Juegos de parejas (Editorial Ronsel) ha resultado una estimulante colección de relatos para este lector. Del autor sólo se nos dice en la solapa que nació en Galdakao y reside en Bilbao, poco más; nos encontramos ante un autor nuevo que sorprende por la elección de la temática, y su forma de transmitirla.

El libro se centra en la exploración del mundo de la convivencia de muy diversas parejas: matrimonios, de amigos, de amantes, de niños, de ninfas... un cuadro completo de un universo de convivencia, pero no es la descripción de un mundo lo que le interesa al autor, sino la intromisión en el punto exacto en el que se rompe la comunicación entre los componentes de la pareja, y uno de ellos pasa de amar a odiar a la otra parte.

Hay un texto que resume la desolación que pretende transmitir el autor: "No es posible percibir en qué momento la persona que se ha pasado años durmiendo contigo cada noche empieza a semejar apenas un leño arrojado a tu costado". La cosificación que se afirma en la frase prende la mecha de ignición de ese motor del lenguaje en el que se mueve el autor. Si es cierto que se afirma que no es posible percibir ese momento, esta colección de relatos busca desesperadamente analizar justo ese momento de ruptura, de desazón, de incógnita, de cambio de decisiones.

También Asdrúbal Hernández ha escrito por boca de sus personajes: "¿No crees que olvidamos darle importancia a las cosas pequeñas?" y otro personaje contesta: "En realidad creo que sólo hay cosas pequeñas". Pues bien, el libro es una exploración de las cosas pequeñas, que invitan a imaginar, en el territorio del silencio, las otras.

Las técnicas que el autor utiliza recuerdan a lo que se ha llamado realismo sucio, un tono distante y objetivo, frío, finales abiertos, de manera que el lector, perplejo, debe imaginar lo que sucederá cuando ya ha acabado el cuento, importancia de lo no dicho, el manto de silencio que se cierne sobre lo que sucede detrás de los detalles que se describen, juegos de paradojas, equívocos, frases sueltas. El texto concede una gran importancia a la descripción breve, y sobre todo, al diálogo entre los personajes.

La vida no tiene final, excepto en la muerte, y así sucede en estos cuentos de final abierto, que callan lo que sucederá después de la última palabra, y ahí, en ese silencio, se abre la interpretación de este Juegos de parejas, un mundo imperfecto, sombrío.

Asdrúbal Hernández: Juegos de parejas. Ronsel, Barcelona, 2002. 213 páginas, 14 euros.

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