Críticas al episcopado
Como padre de hija celiaca, que está a punto de comenzar ese larguísimo proceso de catequesis que la permita recibir su primera comunión, y en vistas a la reciente orden del Arzobispado de Madrid, por la cual mi hija y los celiacos en general tendrán que tomar vino como alternativa a su imposibilidad de ingerir la sagrada forma hecha de trigo y por tanto gluten, que para los celiacos es su auténtico veneno, pues me atrevo a proponer a dicho Arzobispado y a su Comisión Episcopal de Liturgia que incluyan entre las recomendaciones de la catequesis las siguientes ideas: en el primer año de catequesis, incluir un carajillo a los niños en las comidas del domingo, los seis primeros meses del segundo año que se beban también una copita de brandy después del vaso de leche de cada cena, para terminar con que, durante los últimos meses de la preparación, incluyan en todos sus desayunos una copita de orujo. Ello beneficiará su puesta a punto para ese gran día y para las siguientes comuniones. Para terminar, quiero celebrar la gran suerte que tenemos los católicos de que los intransigentes sean siempre de otras religiones.
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