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Reportaje:FÚTBOL | El Zaragoza regresa a Primera un año después

Un éxito anunciado

La derrota del Levante en Ferrol resuelve la lucha por el ascenso

Tuvo que esperar dos semanas, pero Zaragoza echó por fin el cierre a su breve estancia en Segunda División. Los jugadores maños no debieron disputar un encuentro decisivo; se limitaron a seguir por televisión lo que el Levante recogía de Ferrol. Como los valencianos no pudieron sostener más tiempo el suspense de una película con final establecido hace tiempo -perdió 1-0-, el Zaragoza puede celebrar el retorno a Primera sin que el desenlace del partido de hoy, ante el Albacete, el otro beneficiado, depare alegría o decepción. Desde anoche, Zaragoza es una fiesta, no sólo porque la hinchada de La Romareda celebre el ascenso, sino también por la anexión a la juerga de los aficionados albaceteños. El alborozo del regreso a la élite sume en el olvido aquella patraña que protagonizaron los maños el 5 de mayo de 2002, cuando del modo más penoso certificaron el descenso en casa del Villarreal. En la memoria pervive aquella rocambolesca pelea entre un aficionado y Acuña, quien la tomó a patadas con su anónimo adversario. Son inolvidables las imágenes de Palermo intentando pegar al paraguayo, del paraguayo cebándose con todo aquél que merodeaba por ahí y del entonces entrenador zaragocista, Marcos Alonso, intentando plantar calma en un césped atrofiado por la ira. Ahora, las peleas se han convertido en actos de agasajamiento.

El breve recorrido del Zaragoza por Segunda, un viaje de un año de duración, presenta algunas estaciones con protagonismo reconocido. Por un lado, Paco Flores, ex entrenador del Espanyol, campeón de la Copa del Rey de 2000, que aterrizó en el banquillo de La Romareda con la vitola de técnico exigente. Que Flores recalara en un club recién descendido y no en alguno de Primera que intentó contratarle extrañó a muchos. La razón, sin embargo, es poderosa: "Vine al Zaragoza porque mi padre me lo pidió y eso valió más que cualquier oferta", ha declarado el barcelonés. Luego, su padre falleció y el hijo se tomó el retorno como una cuestión personal. Pero el camino no ha sido fácil: el comienzo no ofreció los resultados esperados y la afición manifestó su descontento. El presidente, Alfonso Solans, también blanco de las iras, impuso sosiego, reforzó la posición de Flores y la reacción no se hizo esperar: líderes en la jornada 13. Desde aquí hasta el final, los maños no se han movido del cuerpo de elegidos, balanceándose entre el liderato y la cuarta posición. Los buenos resultados taparon el estilo tosco pero pragmático del Zaragoza y la grada optó por el silencio y la espera.

La campaña, asimismo, ha demostrado que en el Zaragoza también existe la cantera. Estéril desde hace años, por fin pudo aportar jugadores de talento patentado, caso de Cani, catapultado al estrellato por la confianza que Flores depositó en él. "Es uno de los pocos méritos que me puedo arrogar", apunta el entrenador barcelonés. Cani irrumpió mediada la temporada para aportar goles, clase, y sobre todo, frescura. "Me hice futbolista porque mis padres no aguantaban que estuviera sin hacer nada", declaró en una entrevista a este periódico. Ibán Espadas, también proveniente del filial, ha sido la otra grata sorpresa.

El regreso a Primera no ha solapado las penurias económicas que conlleva jugar en Segunda. El club aragonés se despidió de la categoría reina sin poder pagar las fichas de muchos jugadores. Juanmi, hoy en el Deportivo, denunció al Zaragoza por impago, por lo que la entidad tuvo que recurrir a un método insólito en su historia: los pagarés. "Al descender, no llegó el dinero de las televisiones y tuvimos que recurrir a un crédito bancario. Así hemos soportado un año en Segunda, categoría en la que los ingresos se reducen una cuarta parte y los gastos se mantienen igual", explica una fuente del club. Gracias a dicho crédito, "los jugadores han podido cobrar su ficha puntualmente y no nos hemos endeudado en exceso", añade dicha fuente. Para el año que viene, el primero de una larga carrera que persigue devolver a los maños al elitista grupo de equipos importantes, ya suenan varios nombres. "Nos podemos permitir fichajes de renombre", apostillan desde el club. Todo sea por recuperar el sabor de los viejos tiempos.

Aficionados del Zaragoza celebran el ascenso en la plaza de España.
Aficionados del Zaragoza celebran el ascenso en la plaza de España.EFE

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