La ola de calor obliga a limitar el suministro para evitar apagones

La ola de calor, que ha disparado el uso del aire acondicionado y averías en varias centrales, obligaron ayer a la compañía Red Eléctrica de España (REE) a limitar el suministro en zonas del sur, Extremadura, este y centro de España para evitar apagones. La compañía aplicó las cláusulas de interrumpibilidad previstas en los contratos de numerosas empresas para asegurar el suministro a los hogares y a los servicios públicos. La demanda de electricidad, que en los últimos meses crecía al 3%, se ha disparado, hasta triplicarse, en las últimas dos semanas. Ayer rozó los 34.000 megavatios (33.850) a las 17.32.

El fuerte tirón de la demanda hizo recordar ayer el gran apagón de diciembre de 2001, cuando la demanda se disparó hasta los 34.930 megawatios afectando a muchas zonas de España, y los que se produjeron en algunas zonas turísticas en el verano de ese mismo año. Ayer, como entonces, varias centrales eléctricas estaban fuera de juego. Aunque en esta ocasión, el sistema funcionó y el tirón no afectó a los hogares de forma generalizada.

Según fuentes de las empresas, pese al fuerte aumento del consumo eléctrico de los últimos días, dos centrales nucleares y dos térmicas estaban paradas ayer. En algunos casos (central nuclear de Trillo) eran paradas programadas para su recarga y en otros casos, paradas no programadas. En la tarde de ayer, Red Eléctrica, gestor del sistema eléctrico, reconoció que en la jornada se registró "la indisponibilidad programada de algunas centrales de la Península y varias averías en grupos de generación", lo que sumado al aumento de demanda obligó a aplicar "la interrumpibilidad del suministro a aquellas industrias acogidas a este tipo de contrato [que puede ser hasta un 60% más barato] en determinadas horas en el Sur, Centro y Levante, que fueron avisadas con anterioridad a la aplicación de esta medida".

Los valores que se alcanzaron ayer suponen un nuevo máximo histórico en esta fechas, cuando todavía, oficialmente, no ha llegado el verano. Los 33.857 megawatios de demanda registrados en la tarde de ayer suponen un 4,7% más que la máxima registrada en el verano anterior. El récord absoluto de punta de demanda se registró el pasado día 18 de febrero, a las 20.00, cuando se registró una punta de 37.212 megawatios, en aquel caso por la ola de frío.

En esta ocasión, el sistema eléctrico ha hecho frente al tirón con más medios. Sólo en 2002 entraron en servicio, según fuentes de las compañías, más de 3.000 megawatios de nueva potencia, de los cuales, 2.700 megawatios corresponden a centrales de ciclo combinado, que producen electricidad a partir de gas natural.

Nuevas centrales

Con la entrada de nuevas centrales se ha dado cierta holgura al sistema, ya que la potencia teórica instalada, por encima de los 55.000 megawatios, es teóricamente suficiente para hacer frente a puntas de demanda como las registradas siempre que no concurran circunstancias excepcionales, parte de las cuales se dieron ayer en forma de averías.

En el sector eléctrico se destaca el cambio en la pauta de consumo que se está registrando, ya que tirones tan fuertes como el de ayer sólo se esperaban, hace unos años, en los meses más crudos del invierno y en los más calurosos del verano. Ahora, las puntas de demanda de invierno y de verano, además de acercarse, han cambiado de fecha. Junio ha marcado récords de temperatura varios años y eso, con un parque de aparatos acondicionadores que también ha crecido mucho en los últimos años, se hace notar.

En septiembre del pasado año, el Gobierno aprobó la Planificación de los Sectores de Electricidad y Gas hasta el año 2011. El plan prevé una inversión global de 26.500 millones de euros en el sector energético (gas y electricidad) en los próximos 10 años para satisfacer un crecimiento de la demanda eléctrica prevista del 3,7% anual. Según los planes del Ejecutivo, las inversiones aumentarán la potencia eléctrica instalada en 14.800 megavatios y en 14.000 megavatios la producción de instalaciones de energías renovables.