Blair confirma que no habrá pacto sobre Gibraltar sin respaldo del Peñón
El primer ministro británico avala las declaraciones de Denis MacShane
El primer ministro británico, Tony Blair, le hizo ayer un desaire a su amigo José María Aznar al avalar las declaraciones realizadas por su secretario de Estado para Europa, Denis MacShane, en las que consideró imposible lograr un acuerdo sobre Gibraltar antes de 25 o 30 años, comparó la situación del Peñón con la de Ceuta y Melilla y advirtió que no es viable un pacto que carezca del respaldo de los gibraltareños.
La declaración de Blair en la Cámara de los Comunes reabre una polémica que el Gobierno español dio el lunes por enterrada tras hacer pública una nota el Foreign Office reafirmando su voluntad de negociar en el marco del Proceso de Bruselas.
Blair fue interpelado por una diputada conservadora ayer durante su comparecencia semanal en los Comunes. La diputada le preguntó si MacShane "ha hablado en nombre del Gobierno al decir que las perspectivas de un acuerdo con España sobre la soberanía de Gibraltar son prácticamente nulas". El primer ministro le respondió que, "desde luego, estaba hablando en nombre del Gobierno".
"Dicho eso", matizó, "lo que no puede haber es un acuerdo sin el consentimiento de la población de Gibraltar". "Siempre lo hemos dicho con toda claridad. Ésa sigue siendo nuestra posición. Él lo ha dicho y yo lo digo también", insistió.
Su tajante respuesta deja en mal lugar al jefe del Gobierno español, José María Aznar, que el pasado 19 de mayo le había remitido una carta invitándole a reanudar las conversaciones sobre el Peñón, estancadas desde que el pasado otoño el 99% de los gibraltareños rechazaron, en una consulta sin fuerza legal pero políticamente significativa, la posible cosoberanía española.
Tras ese fracaso, ambos gobiernos decidieron aparcar durante unos meses las conversaciones. Esa había sido la postura defendida siempre por Denis MacShane cada vez que le preguntaban por el tema desde que, poco después de que las negociaciones embarrancaran, accediera al cargo de secretario de Estado del Reino Unido para Europa.
A la vista de las afirmaciones hechas por Blair, parece claro que las declaraciones realizadas por MacShane el pasado fin de semana -concedió una entrevista a este diario- no fueron una expresión espontánea sino la manera en que el Gobierno británico decidió transmitir al Gobierno español su negativa a reanudar, al menos durante un largo periodo, las conversaciones sobre Gibraltar.
La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, había querido restar importancia a las declaraciones de MacShane asegurando que ésa no era la posición del Gobierno británico. Pero la declaración de Blair no deja lugar a la duda, después de que el Gobierno español se había refugiado en la nota difundida por el Foreign Office el pasado lunes ratificando su voluntad de negociar en el marco del Proceso de Bruselas.
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