España no tiene excusa

Si el duelo de España con Irlanda del Norte ya era de por sí inoportuno y engorroso para los jugadores, y la afición, ahora resulta que también es deportivamente problemático. La selección, que se despeñó ante Grecia, ya no puede sestear hoy (TVE-1, 21.00) en Belfast, con frío y lluvia abundante y sobre un minifundio con césped. De hacerlo, se le complicaría su clasificación para el Campeonato de Europa de Portugal 2004 y se destaparía la caja de los truenos. En tiempos de poca relevancia, con el caché bajo mínimos y la hinchada más pendiente de las ecuaciones ligueras que de otra cosa, el equipo que dirige Iñaki Sáez tiene al menos que hacer los deberes, aunque sea de forma funcionarial, ante uno de los más flojos. El seleccionador pasa su peor trance desde su ascenso al cargo y ayer intentó involucrar al máximo a sus jugadores. Para ello recurrió a un símil copero: "Les he dicho que hay que tomarse el envite como si fuera una eliminatoria de la Copa a partido único y en el campo del rival más débil. Sólo vale la victoria". De ese modo pretende el técnico vasco afrontar el encuentro, pero en la Copa hay precedentes de sobra en los que el conjunto más fuerte acabó sonrojado. "No es una situación límite, pero sí delicada", subrayó Sáez, convencido de que, "en el fútbol, uno no se puede fiar de nadie". Lo peor es que, tras el trompicón ante los griegos, la selección tampoco se sienta tan fiera como antes. Por si acaso, ha agudizado su discurso. Siempre comedido, intenta esta vez amplificar su arenga: "Todos tienen que saber lo que se juegan. Quiero que se sientan responsables del momento en el que estamos y que mi mensaje llegue a todos los rincones". Él se siente tan exigido que ni siquiera admite que se le insinúen excusas. No hay disculpa que valga: "No me vale lo de la fatiga. Los contrarios también llevan muchos kilómetros recorridos a estas alturas. Yo nunca aludiría al cansancio para justificar que mi equipo no hiciera ciertas cosas".

Sáez es consciente de que en Zaragoza, el pasado sábado, frente a Grecia, España no sólo patinó por el calor y la sudorosa exigencia de llevar la iniciativa en el juego. Muchos jugadores ofrecieron un perfil muy bajo. Bien por estar fuera de sitio, como Marchena; bien por su falta de rodaje, como Raúl Bravo, que ayer no quiso hablar; bien por su mal momento actual, como Vicente y Morientes. El seleccionador, tras repasar atentamente el choque, divulgó sus propios apuntes: faltó agresividad ante el gol de Grecia y no hubo acierto en las jugadas con el balón parado, esas situaciones que tantas veces resuelven encuentros muy apagados: "En el tanto griego estuvimos muy contemplativos y, cuando no estás acertado en el gol, al menos tienes que evitar que te metan uno y te alteren el partido. Además, fue uno de nuestros peores días lanzando faltas y córners". Para remediar estos defectos, Sáez tendrá que usar las mismas cartas. Ha mantenido el bloque que sucumbió en La Romareda, con la excepción de Baraja, que el sábado no jugó por sanción.

Los jugadores parecen haberse concienciado de las exigencias del envite. "Nuestro orgullo está herido y tenemos ganas de revancha", dijo Cañizares, que apostilló con rotundidad: "España ganará, seguro". Por tratarse de uno de los generales de la selección, el portero ha intentado que su aforismo cale en el vestuario. "Represento al fútbol español, el fútbol que tan agradecido es conmigo y con mi familia. Así que quiero estar en la Eurocopa", afirmó el suplente de Casillas, que tampoco quiso deslizar excusa alguna, aunque sí se mostró preocupado por la temperatura -la selección ha pasado de rozar los 35 grados en Madrid a estar a 10 en Belfast- y el estado del campo: "Por ambas circunstancias, quizá no podamos hacerlo bonito, pero nos adaptaremos".

Si España no lo hace, Grecia o Ucrania, que se miden entre sí en Atenas, pueden superarla en la clasificación. Un terremoto. Un hecho inopinado que no tendría remedio al menos hasta el 10 de septiembre, cuando, en pleno amanecer del nuevo curso, España reciba a Ucrania. Por ello, ante la famélica selección norirlandesa, ya no caben las excusas.

Irlanda del Norte: Taylor; Griffin, McCartney, Craigan, Williams; Baird, Healy, Jones o McCann, Johnson; McVeigh y Smith.

España: Casillas; Puyol, Marchena, Helguera, Juanfran; Sergio, Baraja; Etxeberria, Valerón, Vicente; y Raúl.

Árbitro: Claus Bo Pedersen (Dinamarca).