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Reportaje:

Diálogo entre Brassaï y Colom

Una exposición en Foto Colectania indaga en las 'resonancias' entre la obra de ambos fotógrafos

A Brassaï (Braçov, Hungría, 1899-París, 1984) le preocupaba enormemente la forma. Para Joan Colom (Barcelona, 1921), lo importante es la vida. Pero desde puntos de partida aparentemente tan distantes, las obras de los dos fotógrafos tienen grandes puntos de convergencia: la fascinación por la calle, en concreto por su dimensión más marginal, por sus habitantes más alejados de la convención y de la ortodoxia. Prostitutas, vagabundos, personajes desvinculados de los márgenes de lo políticamente correcto pueblan sus fotografías. La Fundación Foto Colectania (calle de Julián Romea, 6) de Barcelona propicia el diálogo entre ambos autores en una exposición, Resonancias, que podrá verse hasta el 30 de septiembre.

En la exposición no se comparan las obras de uno y otro autor; sus trabajos se presentan por separado, en una invitación a que sea el espectador quien trace los paralelismos. Son 70 imágenes, 35 por fotógrafo, que tienen como trasfondo un referente literario. La mayoría de las fotografías de Brassaï (tomadas en el París de la década de 1930) sirvieron para ilustrar el libro de Henry Miller Quiet days in Clichy, editado en 1956 en París. Estas imágenes (27) pertenecen a colecciones particulares y nunca se han expuesto conjuntamente; son las copias que se usaron para imprimir el libro, cuya versión ilustrada nunca se editó en España. Una parte de las imágenes de Colom que se exponen dieron origen al libro Izas, rabizas y colipoterras, con textos de Camilo José Cela, y en su mayoría pertenecen a la colección de Foto Colectania.

El fotógrafo húngaro vivió en París en su infancia y se instaló definitivamente en la ciudad a partir de 1924. Seducido por la vida nocturna, la retrató en sus ambientes más públicos y en sus rincones más solitarios. Bares poblados por prostitutas y marineros, por grupos festivos, por parejas de enamorados, conviven con callejones oscuros donde una chica novata hace la calle, se camufla un preso evadido o se besan las parejas de enamorados, y con paisajes inertes a unas horas en que cierta parte de la ciudad duerme.

Brassaï no se esconde para tratar los temas que más le seducen. En muchos casos incluso organiza la realidad, invita a sus retratados a posar para él. Nada que ver con el método utilizado por Colom, premio Nacional de Fotografía 2002, que plasma sujetos que "no colaboran". Busca la verdad, la espontaneidad, y para ello desarrolla un trabajo sistemático, acude una y otra vez a las calles del sórdido barrio chino de Barcelona de finales de los años cincuenta y principios de los sesenta para captar gestos insólitos, personajes que le resultan fascinantes. Sólo le interesa lo espontáneo.

Colom aprendió a pasar inadvertido. Colocaba su cámara a la altura de las rodillas y disparaba siempre desde esa altura; un objetivo angular le permitía captar lo esencial a pesar de los tres metros de distancia habituales entre él y sus modelos. Las prostitutas son protagonistas destacadas de su trabajo, pero éste es mucho más amplio y se entretiene en toda la "gente del Raval" o "gente del barrio", como él suele llamarla. Un barrio hoy completamente distinto, que Colom sigue rastreando con su Leica M2.

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