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Reportaje:CICLISMO

La duda injusta

La falta de controles anti EPO en España impide admirar a las revelaciones

Carlos Arribas

Si José Antonio Pecharromán (Coria, Cáceres, 16-6-1978) en vez de ser ciclista -y muy bueno- fuera tenista o golfista o futbolista, por ejemplo, su historia de superación, sus extraordinarios triunfos en la Bicicleta Vasca serían hoy festejados como una de las grandes noticias del año.

Pero Pecharromán, que vive en Daimiel (Ciudad Real), es ciclista -y del Paternina, un equipo modesto- y la gente reacciona ante sus triunfos con cierta incredulidad. "Yo, como dije cuando Fran Pérez ganó en Romandía", dice Manolo Saiz, director del ONCE-Eroski, "esperaré a que confirme en otras carreras antes de hablar de Pecharromán". Fran Pérez dio positivo en dos controles anti EPO en la carrera suiza, donde había ganado dos etapas de montaña.

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Pecharromán -todo un tipazo: 1,85 metros, 71 kilos- era uno de los mejores amateur manchegos, un par de años más joven que su amigo Óscar Sevilla, cuando, apadrinado por Javier Mínguez iba a pasar a profesional en 2000. Sufrió dos males: una osteopatía de pubis y una operación fallida que le costaron todo el año y le condenaron. No se hizo profesional en el Vitalicio sino en el Jazztel de Miguel Moreno, un equipo de esos a los que casi hay que pagar para correr. En 2001 volvió a operarse y en 2002, cuando ya empezaba a rendir a su gusto, sufrió una pavorosa caída calentando para la contrarreloj de la Volta a Catalunya: rotura de parietal, fuerte conmoción cerebral y una amnesia que le borró de la memoria los últimos seis meses de su vida. A finales de año hizo una más que buena Vuelta a España y ya se disponía a empezar 2003 confiado en no sufrir más males cuando, en febrero, su padre sufrió un derrame cerebral que le mantuvo en coma mes y medio. Murió a mediados de abril. Pero para mayo, Pecharromán, que se había concentrado con su amigo Garrido -otro sorprendente ganador en Navacerrada, en la Clásica de Alcobendas- en Alicante, ya empezó a mostrarse imparable. Fue en la etapa reina de la Vuelta a Castilla y León, atacando en Navalmoral, cuando los especialistas empezaron a destacar la tremenda forma de Pecharromán, quien la confirmó en la Bicicleta Vasca, ganado una etapa con final en llano, otra con final en alto y la contrarreloj, por delante del gran especialista Joseba Beloki, con quien tuvo la deferencia de dejarle ganar ayer la última etapa, en Arrate. Y todo ello, sin director, guiado por el mecánico Luis Luengo, que asumió la dirección en ausencia de Moreno y de Martínez Oliver, el segundo. Y todo ello con un equipo fortísimo, que parecía la ONCE llevando al pelotón a sus espaldas. En todas sus victorias hubo dedicatorias para su padre, para su amigo Manuel Sanroma -el sprinter muerto en la Volta a Catalunya- y para su madre, que sufre cuando sale a entrenarse.

Desgraciadamente para Pecharromán, en España no se efectúan controles anti EPO -y tampoco se buscan corticoides-, por lo que, si bien, se supone, no será protagonista de un positivo como el de Fran Pérez, o el del atleta Alberto García, también detectado en el laboratorio suizo de Lausana, toda su ejemplar y sufrida peripecia vital quedará archivada bajo el adjetivo de "asombrosa", con lo que ello significa. "Pero también Beloki se reveló hace años con una exhibición en el Acebo, en la Vuelta a Asturias, y nadie dudó", dice Pecharromán.

"Es injusto para el chaval y para la afición", dice Saiz, quien acusa directamente al Consejo Superior de Deportes (CSD), por la falta de controles. "Si no tienen capacidad para buscar EPO, que manden las muestras a Lausana. El presidente de la comisión antidopaje de la federación,

Manuel Pueyo, por su parte, señala a la UCI. "Que vengan de la internacional a tomar muestras y las envíen a Lausana", dice. "Nosotros en la federación ya vamos a hacer EPO en las carreras amateur". Desde hace más de tres meses la UCI no ha organizado ni un análisis de sangre en las carreras españolas.

Pecharromán, en el podio final de la Bicicleta Vasca con la <i>txapela</i><b> de campeón</b>.
Pecharromán, en el podio final de la Bicicleta Vasca con la txapela de campeón.EFE

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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