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700 personas piden que Alfés no acoja el futuro aeropuerto de Lleida

La Generalitat prescinde de un plan conservacionista que redactó en 1998

La propuesta de la Generalitat de convertir el aeródromo deportivo de Alfés en el futuro aeropuerto comercial de Lleida ha puesto en pie de guerra a las entidades ecologistas de la provincia, que consideran incompatible la actividad de los aviones con la conservación de un espacio natural protegido. Unas 700 persones se manifestaron ayer por el centro de la ciudad para exigir una nueva ubicación de la instalación aeronáutica.

El aeródromo de Alfés, adquirido hace un año al Ministerio de Defensa, está situado en medio de un tomillar declarado de interés natural por la Generalitat. Está considerado el último espacio estepario de Cataluña en el que habitan diversas especies protegidas en peligro de extinción, entre ellas la alondra Dupont. De esta ave sólo quedan 15 parejas, cuando hace cinco años se habían contabilizado 40. Además de los colectivos conservacionistas, la movilización de ayer contó con la presencia de varios cargos electos de ERC e ICV.

La protesta partió de la plaza de Ricard Viñes y finalizó ante la sede de la delegación de la Generalitat, donde se leyó un manifiesto en contra del proyecto del Gobierno catalán. Los ecologistas afirman que la construcción de un aeropuerto regional de segunda categoría en el tomillar de Alfés provocaría un impacto ambiental irreparable en la fauna y la flora. La Generalitat pretende asfaltar la pista principal y ampliarla de 1.500 a 1.800 metros, además de construir diversos equipamientos aeronáuticos complementarios. Los ecologistas consideran que cualquier obra supondría una modificación "drástica e irreversible del medio".

Joan Vázquez, portavoz de Ipcena, principal grupo ecologista de Lleida, aseguró ayer que hay otras ubicaciones mejores para el aeropuerto y que la opción de Alfés es incompatible con la conservación del tomillar, como consta en el plan proteccionista elaborado en 1998 por el Departamento de Medio Ambiente. "Vamos a ampliar la denuncia que tenemos presentada en la Unión Europea contra la Generalitat y convocaremos las acciones de protesta que sean necesarias para impedir la destrucción del tomillar", dijo Vázquez.

El dirigente ecologista denunció que la Generalitat ha gastado 12.000 euros en enviar cartas certificadas a cada una de las 4.000 personas que han presentado alegaciones contra el proyecto "con el objetivo de coaccionarnos y amedrentarnos". También recordó que un informe elaborado por la Universitat de Lleida señala que el proyecto de la Generalitat es "muy agresivo" y tendrá graves afectaciones en la flora, fauna y hábitats. Un dictamen del Consejo de Protección de la Naturaleza de la Generalitat también recomienda "el inmediato traslado del aeródromo de Alfés a otro lugar". Las entidades conservacionistas denuncian que el tomillar está muy deteriorado debido al incremento de la actividad aeronáutica deportiva, a la creciente presencia humana y a la reducción de la actividad ganadera extensiva.

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