Luis se niega a marcharse del Atlético sin cobrar el año que le resta

"Usted no me conoce si piensa que voy a dar marcha atrás", decía Luis Aragonés hace un mes, después de haber asegurado que no seguiría la próxima temporada en su cargo, que dimitía, ante la plantilla rojiblanca y el director general, Miguel Ángel Gil. "Siempre se puede dar marcha atrás", dice ahora el mismo que afirmaba no hace mucho: "Me marcho y lo hago sin cobrar. Podría hacer como hace todo el mundo y esperar a que me echasen, pero yo soy así". Al día siguiente de aquello, Gil Marín le tendió un papel para que hiciera su renuncia expresa. Luis se negó a firmar el finiquito.

Ayer, después de una semana de tira y afloja de declaraciones entre el entrenador y el nuevo presidente, Enrique Cerezo, se celebró una reunión en el Vicente Calderón a las 10.30 de la mañana. Miguel Ángel Gil, el propio Cerezo y Pepe Navarro, el representante de Luis, se vieron las caras y aclararon sus respectivas posturas durante cerca de hora y media. El club ofrece a Aragonés la posibilidad de continuar el año que le resta de contrato pero reduciendo, más o menos a la mitad, las cantidades económicas a percibir (el montante firmado es por 1,8 millones de euros).

Tras la charla, Pepe Navarro y Miguel Sanromán, los representantes de Luis, se reunieron con el técnico en el hotel Eurobuilding para informarle de la propuesta de la directiva.

"Luis no tiene ningún problema en continuar en el club", revela Pepe Navarro, su hombre de confianza, tras esa charla. "Creo que hay buena voluntad por las dos partes y que todo llegará a una solución", confió el representante. Lo cierto es que aún no se ha llegado a un acuerdo.

Quien si llegó a un acuerdo definitivo con el Atlético fue Musampa, que estampó su firma por las próximas cinco temporadas como jugador rojiblanco.