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Columna
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Roig

No sé de ningún presidente de fútbol de primera división que, tras ser desalojado de su muy querido cargo por la afición, haya sido capaz de regresar de las tinieblas exteriores. Y si alguno ha vuelto -poquísimos- ha sido en loor de multitudes, siempre después de una retirada sabia y prestigiosa. Como cuando regresó Vicente Calderón al Vicente Calderón, que lo hizo para poner fin a los desaguisados de su sucesor y -antecesor- Alfonso Cabeza, aquel médico forense hoy resucitado por la cajatonta.

Paco Roig salió del Valencia bajo una gran soflama. "¡Fuera!", le gritaban los cincuenta mil aficionados de Mestalla. También, incluso, quienes habían sido sus populistas partidarios. Los mismos que hostigaron con una belicosidad obscena a su predecesor, Arturo Tuzón, hombre razonable y eficaz que había cogido el club cuando era poco más que un solar.

Seis años después, Paco Roig quiere volver, volver, volver, aunque, en realidad no ha hecho otra cosa desde el minuto siguiente a su defenestración. Promete, esta vez, no cobrar el uno por ciento del presupuesto, generoso sueldo que antaño se auto-adjudicó a cambio de sus desvelos. También ofrece figuras y títulos, y lo curioso es que esgrime ese futuro en un club que en cinco años -todos sin Roig- ha logrado un campeonato de Copa, otro de Liga, dos finales de la Champions y una semifinal de la UEFA. ¿Hay quien mejore el palmarés visto el presupuesto del equipo y su inevitable modestia frente a los grandes de Europa: Real Madrid, Manchester, Barça, Milan...?

La liga del año pasado valió mucho. Y la gente no la olvida, vaya que no. Sería insólito que el presidente que ganó ese título cayera derrotado por quien no logró ninguno en varias tentativas tan intensas y ruidosas como, a la par, infecundas. Por todo ello, y aun sin olvidar las miserias de la actual directiva, el tiempo de Paco Roig parece haber pasado. Con todo, no deben olvidarse sus méritos: la recuperación del negro en los calzones y medias, la bandas de música por el césped, y la reposición del bello y sonoro nombre del estadio. Por lo demás, el Valencia ya era un club campeón antes de Roig. Aunque fuera mucho antes.

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