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El fiscal solicita 70 años de cárcel para el moldavo Pietro Arcan

El fiscal, que pide 70 años de cárcel, entiende que el reo no sufre ningún trastorno mental

Pietro Arcan, el moldavo acusado de matar en Pozuelo al abogado de 47 años Arturo Castillo, será juzgado en la Audiencia de Madrid a partir del próximo día 18. Este crimen, ocurrido el 19 de junio de 2001, conmocionó a España por la sevicia que empleó este reo en su acción, ya que también disparó a la esposa del letrado y agredió a sus hijas. Se enfrenta a una petición del fiscal de 70 años de cárcel por 10 delitos. Junto a él estarán en el banquillo el rumano Daniel Popa y los españoles Manuel España y Julio Rodríguez, supuestos colaboradores de Arcan.

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El fiscal no aprecia ninguna eximente en la conducta de Arcan, y pide cinco años de prisión para cada uno de sus tres compinches. El objetivo del moldavo era robar en el chalé y repartirse los cuatro el botín para luego venderlo en el mercado negro. La acusación particular, que pide para Arcan 80 años de cárcel y una indemnización de 606.400 euros, solicitará al tribunal que determinadas partes del juicio, como el interrogatorio de las dos hijas del fallecido, sean a puerta cerrada para preservar su intimidad. Arcan, de 24 años, ha pedido a su abogado que no haya público durante el juicio, según Ep.

Arcan se enfrenta a una petición del fiscal de 70 años de cárcel por delitos de asesinato, intento de asesinato (el de la esposa del letrado), allanamiento de morada, robo con violencia e intimidación, intento de homicidio, tenencia de armas y lesiones psíquicas, entre otras fechorías.

Según el fiscal, el 19 de junio Arcan "decidió acabar con la vida" de Castillo y causar graves daños a su esposa e hijas. Con ese objetivo, Arcan "concertó" con Popa, España y Rodríguez el asalto al inmueble. Popa, según el fiscal, sirvió de "intermediario" entre Arcan y los otros imputados, que se encargaron de vigilar la vivienda y facilitar la huida del moldavo. Popa asumió la función de vender en el mercado negro los objetos sustraídos del domicilio.

Cuenta el fiscal que la madrugada del 19 al 20 de junio, España y Rodríguez recogieron en un coche a Arcan y todos se encaminaron al domicilio del abogado. Arcan portaba un macuto con un revólver, marca Cobra, calibre 357 Magnum; dos destornilladores, una sierra pequeña y un cuchillo de 25 centímetros.

Mientras sus compinches vigilaban, Arcan entró en el chalé, que consta de cuatro plantas. El moldavo sabía que la alarma de la casa sólo protegía las dos primeras plantas, pero no la tercera, que es donde estaban los dormitorios de las víctimas. Trepó por la fachada exterior, valiéndose de las ventanas con rejas y otros salientes de la vivienda, hasta alcanzar la buhardilla del ático, cuyo ventanal estaba corrido. Eran las cuatro de la madrugada. Ya dentro del ático descendió por la escalera hasta la tercera planta. Sacó el revólver y entró directamente al dormitorio del matrimonio, que dormía. Actuó con una sobrecogedora frialdad. Al oír los pasos, el abogado se despertó y se topó con el revólver encañonándole. La bala le atravesó la mano izquierda y penetró en la caja torácica. A continuación, Arcan disparó a su esposa en la región pélvica y quedó inconsciente. El intruso se fue hacia el abogado, que seguía vivo, y le segó el cuello. También le golpeó en la cabeza con el mango del machete hasta que acabó con su vida. "Te lo mereces, por cabrón", le gritaba Arcan al letrado en su agonía y mientras le golpeaba.

A continuación, el moldavo se dirigió a la estancia de las hijas del abogado y, tras agredirlas, las encerró en un armario. Mientras, la esposa de Castillo, que recobró la conciencia, alcanzó a marcar el 091 en el teléfono y el 112 para pedir auxilio a los servicios de emergencia. Arcan logró huir de la vivienda, pero fue capturado poco después gracias a una amplia batida policial en la zona.

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