Evanescence lleva a Festimad la virulencia de sus sonidos y sus atmósferas góticas
"Nuestra música sonaría bien en una catedral", dice Ben Moody, el guitarrista del grupo
Ayer actuaron en Barcelona y hoy lo hacen en Madrid dentro de Festimad. Se llaman Evanescence y de la noche al día han vendido un millón de discos en Estados Unidos y 50.000 en nuestro país de Fallen, su álbum de debut. Su sonido, una mezcla de metal gótico y hard rock caracterizado por una tenue voz femenina, "sonaría perfectamente en una catedral", dijo ayer Ben Moody, un apasionado de la iconografía religiosa y ferviente creyente. "Pese a su imperfección, el mundo es demasiado maravilloso para no creer en un ser superior", afirmó.
"No somos infelices, pero hemos pasado lo nuestro, y nuestra música lo refleja"
La aparición de su tema Bring me to life en la banda sonora de Daredevil "ha sido muy importante para lograr el impacto que hemos tenido, ya que con la gran competencia que hay en el mundo de la música, y la profusión de información que tienen los jóvenes actualmente, hay que usar todo tipo de métodos para llegar al público. Ya no basta con hacer una buena canción", dijo Ben Moody, guitarrista y compositor de Evanescence, el grupo de Arkansas que ha sorprendido con un disco recargado que apela por igual a la ética que a los sonidos metálicos. Buena parte de su impacto reside en la evanescente voz de Amy Lee, letrista y cantante de la banda, que se completa con David Hodges, al bajo, y Francesco DiCosmo, a la batería.
Hablando de jóvenes, Ben estableció una relación directa entre su desencanto, furia e inconformismo y el éxito que tienen hoy día estilos musicales duros. "Los padres y los hijos están cada vez más distanciados por un enorme hueco", comentó. "Por mucho que los padres quieran comprender a sus hijos, sus vivencias no se lo permiten, porque el mundo hoy es muy distinto al de hace unos años. Los hijos se sienten muy solos, y la música agresiva expone con su dureza esta situación".
Aceptando que el término gótico resume con nitidez parte de su sonido, "especialmente su componente más oscuro y los pasajes más etéreos de la voz de Amy", Ben destacó que "la columna vertebral de nuestra música es el rock, por mucho que haya muchos elementos e incluso baladas para voz y piano. La mezcla de estos elementos y la persistencia del rock es lo que ha determinado nuestro éxito".
Para explicar lo fulgurante de su popularidad, Ben acudió a otro elemento: "Una marcada honestidad que falta en muchos grupos, que cuentan que sus papás no les quieren y cosas así y en realidad viven una vida burguesa convencional". ¿Pero vosotros habéis sufrido tanto como para hacer una música tan oscura?, cabría preguntar. "Bueno", responde Ben, luciendo el aparatoso tatuaje de una virgen en su antebrazo derecho, "no somos unas personas infelices, pero hemos pasado lo nuestro, y creo que eso se refleja en nuestra música y ha llegado a nuestro público".
Evenescence se sienten más próximos a la escena musical europea que a la norteamericana, "porque nos sentimos más cercanos a bandas como Rammstein, Lacuna Coil o Portishead que al rock que se hace en nuestro país". Meter en el mismo saco a Portishead y a Rammstein puede parecer un disparate, pero el tono épico de Evanescence, la voz etérea de Amy, las guitarras metálicas, los samplers y las múltiples capas de sonido propias del grupo podrían dar una explicación. "Yo me imagino las canciones ya acabadas, con todas esas capas", afirmó Ben, "y no importa tanto cómo componga o sobre qué instrumento lo haga". "Si al comenzar a trabajar no imagino el producto final acabado, es que la cosa no funciona", apostilló.
Incapaz de comprender Evanescence sin Amy -"sería otro grupo"-, fan de cosas tan dispares como Bon Jovi o Marylin Manson,"con quien comparto sus puntos de vista políticos, pero no sus ideas sobre la religión y de quien admiro su elocuencia, fruto de haber pensado muy bien lo que dice".
Convencido de que sus composiciones "son experiencias emocionales en las que se funden las letras de Amy y mi música", Ben no está totalmente de acuerdo con que la música negra de calle esté arrinconando al rock en su país. "Puede parecerlo, porque aparece un recitador y vende un millón de discos. Pero lo que ocurre es que luego desaparece sustituido por otro. La audiencia de rock es mucho más fiel y te acompaña durante toda tu trayectoria. Ahora bien, entiendo que en Europa creáis que sólo el rap y el rhythm and blues triunfen en mi país". Hoy por hoy, Evanescence también lo hacen.
Babelia
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