"En cuanto tenía tiempo cogía las cañas, y a pescar"
Los familiares y amigos del cabo Feliciano Vegas, de 33 años, casado, con un hijo, recuerdan a una persona vitalista, abierta, dicharachera, amiga de la tertulia, la pesca y la felicidad que proporciona el regreso al hogar. Estudió en Badajoz para ingeniero técnico agrícola, pero un buen día, sin saber por qué, con 24 años, decidió que su futuro estaba en el Ejército. "En cuanto tenía tiempo venía para acá, cogía dos o tres cañas, y a pescar", recuerda su padre, Carlos. La familia era su otra pasión y con su hermano, también militar, compartía las jornadas de ocio. Su mujer, Eva, es también militar, en excedencia para ocuparse del hijo. Él estaba destinado en la base aérea de Castrillo del Val y vivían en Cardeñajimeno. Preparaba para julio los exámenes de permanencia en el Ejército.
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