Camps reconoce el papel de Zaplana en la victoria y en la solidez del PP

Francisco Camps llegó a las 0.45 de la madrugada de hoy a la sede electoral del PP acompañado por Eduardo Zaplana, cuando su adversario el socialista Joan Ignasi Pla ya había reconocido su derrota y Aznar había comparecido en Madrid. Camps, sonriente y jaleado por la militancia, agradeció al presidente del Gobierno, José María Aznar, y al presidente regional del PP, Eduardo Zaplana, su victoria y el esfuerzo en un proyecto que es "imbatible".

La fiesta empezó tarde en la sede electoral del Partido Popular, la sala Alameda Palace junto a la Piscina Valencia. Un lugar que los populares han identificado con sus triunfos desde 1995. No fue hasta las diez de la noche que la sala de fiestas se empezó a poblar con cargos, militantes y simpatizantes del PP. Hasta esa hora sólo los operarios que ultimaban la instalación de un castillo de fuegos artificiales en el lecho del río y el vicesecretario general y presidente del comité electoral, Serafín Castellano, aguardaban pacientemente la llegada de resultados.

La primeras horas de la tarde y las primeras informaciones de los recuentos provocaron un sudor frío en los dirigentes del PP. La dirección del partido, con Eduardo Zaplana al frente, se hallaba reunida en un hotel cercano a la sede elegida para la noche electoral. Pese a que las encuestas de las televisiones y las emisoras de radio daban a los populares mayorías absolutas, siempre en horquillas muy amplias, el discurso de Serafín Castellano se mantuvo siempre en la prudencia y se limitó a señalar durante las dos primeras horas de recuento de votos que el PP era la formación que mayor número de papeletas había recogido. Afirmación que no llevaba implícita la obtención de mayorías absolutas renovadas.

Alejandro Font de Mora, jefe de campaña de Francisco Camps, el próximo presidente de la Generalitat, reconoció que las primeras informaciones se recibieron como un mazazo porque daba la impresión de que los principales feudos del PP se desmoronaban, incluso aquellos que se consideraban auténticas plazas fuertes como el Ayuntamiento de Palma de Mallorca o el de Badajoz.

El diputado nacional José Manuel García Margallo confesó que el vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, les había metido el miedo en el cuerpo cuando pasadas las ocho de la tarde les había comunicado que se perdía la alcaldía de Madrid.

A medida que avanzó el recuento sobre votos emitidos, las luces de esperanza empezaron a aparecer y en los corrillos populares empezó a cobrar cuerpo la idea de que la mayoría absoluta se mantenía o se estaba muy cerca de ella pero todavía podría ser posible un pacto con el Bloc Nacionalista Valencià-Esquerra Verda. Fue sólo un espejismo que desapareció rápidamente, las proyecciones hechas por la fontanería del PP primero concluyeron que incluso entrando la formación de Pere Mayor en las Cortes Valencianas se mantendría la mayoría absoluta y por tanto no habría necesidad de pactar en la sesión de investidura. Minutos más tarde, las mismas proyecciones con los índices de participación ya ajustados en los comicios autonómicos, daban por hecho que el Bloc seguiría fuera del Parlamento valenciano.

A las 23.30 con el 75% de los votos autonómicos ya escrutados las sonrisas ya afloraban en todos los rostros populares que fueron poblando la sede de la noche electoral popular. Sin embargo, la orden impartida desde el cuartel general, desde que Eduardo Zaplanay y Francisco Camps empezaron a planificar sus próximas actuaciones, fue de euforia contenida.

Un ambiente que se mantuvo a pesar de que las horas seguían transcurriendo. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, fue la primera en llegar, con su traje de falda y chaqueta color rojo con el que ha fijado su imagen en la retina de los valencianos. El recibimiento fue cálido pero comedido, nada que ver con la de los dos anteriores comicios y, sobre todo, muy alejado de euforias desmedidas.

Luego llegaron el futuro presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el presidente del PP en la Comunidad Valenciana, Eduardo Zaplana, que fueron recibidos con aplausos, besos y abrazos.

Los dos inician a partir de hoy mismo una nueva transición en la que el primer reto que se les plantea es la conformación de un Gobierno valenciano. Francisco Camps ya adelantó en la última jornada de la campaña electoral que el Consell deberá contribuir de manera decisiva a que el Partido Popular renueve su mayoría absoluta en las próximas elecciones generales en las que José María Aznar concurrirá como candidato. Para mañana el PP ya ha convocado una reunión de su Junta Directiva Regional, presidida por Eduardo Zaplana, en la que se analizarán los resultados electorales con más detenimiento, aunque el motivo de satisfacción no puede ser mayor: los populares se mantienen en todas las instituciones.