Una quiebra a punto de fraude
El Grupo Bergé pelea por librarse de la carga de Naviera Peninsular
Hace tres años que la bilbaína Naviera Peninsular entró en quiebra con un pasivo de 16,59 millones de euros. El proceso se encuentra atascado en los tribunales en un cruce de demandas en la vía social y un pleito civil entre dos familias de empresarios: Los Acha, antiguos propietarios de la empresa, y los Bergé, que compraron la sociedad seis días antes de la quiebra y aseguran ante los tribunales que la venta fue fraudulenta, un engaño.
La naviera entró en quiebra hace tres años con un pasivo de 16,59 millones de euros, pero el proceso se encuentra atascaso en los tribunales
El Grupo Bergé ha recuperado 1,2 millones de euros de un sector de la familia Acha que no consideró lícita la operación de compra
En marzo de 2000, la familia cántabra Bergé compró a la bilbaína Acha Naviera Peninsular por 12,02 millones de euros, de los que dejaron 4,81 millones sin abonar, condicionados al estudio de viabilidad de la empresa. La operación de compraventa está recurrida por la familia Bergé para que sea anulada, aduciendo un error en el consentimiento una vez que analizaron la situación de la empresa. La familia Bergé adquirió la empresa sin realizar diligencias previas en base a la confianza en otra compañía conocida y de larga tradición en el sector. Además, los Bergé contaban con un colchón de 4,81 millones de euros y la confianza en el valor de la flota.
Sin embargo, en el momento de la venta se encontraba ya en quiebra técnica. Una auditoría de la London Shipping Consultancy determinó que los barcos estaban tan deteriorados que no merecía la pena su arreglo. Desde entonces los Bergé pelean en los tribunales por anular la compra. La quiebra de Naviera Peninsular se decretó, con fecha de abril de 2000, el 15 de febrero de 2001. El Grupo Bergé ha recuperado 1,2 millones de un sector de la familia Acha que no consideró lícita la operación.
Pero mientras mantienen abierta esta pelea principal, los trabajadores pujan por ser los acreedores prioritarios y cobrar tanto los retrasos de sus salarios como sus indemnizaciones por despido. Así, inciaron hace tres años una pelea judicial contra el Grupo Bergé para que, como propietario, se haga cargo de todo. Los Bergé, asesorados por Cuatrecasas, han hecho frente también en la jurisdicción social a las demandas de los trabajadores.
Naviera Peninsular, que contaba con 150 trabajadores fijos, más allá de las tripulaciones de los barcos, era una muestra de la pluralidad sindical vasca. Si en la oficinas estaba el sindicato nacionalista ELA, en estiba UGT, en manipulación CC OO y en los camiones la central de la llamada "izquierda abertzale", LAB. Todos estaban de acuerdo en reclamar, pero presentaron procesos diferentes que algunos posterioremente se acumularon. También los hubo de trabajadores a título personal.
En primera instancia hubo hasta ocho sentencias favorables a los Bergé. Un grupo liderado por CC OO no recurrió y aceptó, son los únicos que cuentan con una sentencia firme y están en proceso de ejecución de los bienes que le quedan a la naviera. El resto fueron al Tribunal Superior del País Vasco, donde ya hay cuatro fallos con distintos criterios. Las cuatro sentencias han sido recurridas ante el Tribunal Supremo por unificación de doctrina y se encuentran a la espera de ser admitidas o no a trámite. Cuatrecasas ha recurrido también ante el Tribunal Constitucional alegando indefensión al considerar que el Superior ha cambiado la valoración de la prueba.
Un dinero casi perdido
Los sindicatos saben que la demanda civil, que presentó Bergé contra la familia Acha en 2000 por venta fraudulenta y aún está en primera instancia, es la clave. Si se anula la compraventa, todas sus reclamaciones dejan de tener sentido. Así, consideran que el Grupo Bergé alarga los prodecimientos sociales al máximo para ganar tiempo y esperar la decisión de la jurisdicción civil. Sin embargo, los abogados de Bergé, Cuatrecasas, rechazan de plano esta argumentación. Sus clientes pagaron 7,21 millones de euros, de los que recuperaron 1,2, y tienen avalados por indemnizaciones y salarios otros 9,02 millones. Saben que la vía civil va a ser más larga, ya que aún se encuentran en la fase de prueba en primera instancia. En el momento en que la vía social llegue a su final se van a tener que cumplir las sentencias. Si son negativas para Bergé, deberá hacer frente a las indemnizaciones, y si le son positivas, se acabará la parte social de su conflicto. Pero continuará la civil, que pasará por la Audiencia Provincial y luego llegará al Tribunal Supremo. Si los Bergé ganan este pleito los Achá deberán devolver lo cobrado. Además, si hubieran ganado los trabajadores en la vía social deberían iniciar un largo proceso de reclamaciones individuales a cada trabajador.
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