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ELECCIONES 25M | 'Primarias' en Cataluña

La alcaldía de Barcelona enfrenta a dos antiguos amigos

Duelo desigual. El trato que se han dispensado mutuamente los aspirantes a alcalde de Barcelona por el PSC y por CiU, Joan Clos y Xavier Trias, respectivamente, ha reflejado en cierta manera el peso de ambas formaciones en el Ayuntamiento de Barcelona. El socialista Clos, casi con mayoría absoluta, apenas ha atacado a Trias. Pero Trias, con sólo 10 ediles y previsiones de mejorar poco, ha centrado sus ataques casi exclusivamente en la figura del alcalde.

A pesar del enfrentamiento electoral, los dos se confiesan amigos fuera del consistorio. Mantienen una relación que arrancó hace 20 años cuando, ambos médicos -anestesista Clos y pediatra Trias-, diseñaron en cordial armonía el mapa asistencial de Barcelona.

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El clima de corrección se fue disipando a medida que se acercaba el 25 de mayo y las encuestas pronosticaban una parálisis de CiU. Por exigencias del aparato electoral de los nacionalistas, el candidato Trias -muy a regañadientes- elevó el tono de sus críticas a Clos, por el flanco ideológico y por la situación del mercado de la vivienda en Barcelona.

Trias afirmó que el equipo de gobierno municipal ha "aparcado su ideología". Su lado nacionalista lo ha exhibido reclamando al Ayuntamiento de Barcelona que no actúe como "contrapoder" de la Generalitat. La demanda de lealtad institucional, en cambio, no ha sido correspondida, al menos en cuestión de símbolos. CiU ha mostrado en todos los actos la anterior bandera de la ciudad, en lugar de la oficial aprobada por consenso en 1996.

Chispazos por el Fòrum

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Frente a un Trias que acusa a Clos de actuar como "contrapoder" de Jordi Pujol, el alcalde ha insistido durante toda la campaña en que el Gobierno catalán sólo apoya "formalmente" la ciudad, pero a la hora de la verdad no la "respalda". Y como ejemplos, Clos ha denunciado el frenazo de la Generalitat a la constitución de los consorcios entre ambas Administraciones para gestionar asuntos clave como enseñanza, servicios sociales o vivienda, entre otros. Y Clos le ha recriminado el desequilibrio en inversiones del Ejecutivo de CiU en Barcelona respecto a la media catalana, en aspectos tan esenciales para el desarrollo de la ciudad como la vivienda pública y atención social.

El Fòrum 2004 también ha hecho saltar chispas entre ambos candidatos. Sobre todo, tras la publicación de un folleto en el que los socialistas hacían publicidad del acontecimiento. Un evento cofinanciado, en parte, por las Administraciones local, autónoma y central, y cuyas infraestructuras y edificios principales sufragan el Ayuntamiento de Barcelona y la Diputación. Todos los demás partidos han acusado al PSC de "deslealtad" institucional y uso inapropiado del Fòrum.

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