¿Presunción de inocencia?

El día 12 de mayo, en la página 31 del diario que usted dirige venía un artículo firmado por Jorge A. Rodríguez, basándose en un estudio de la Guardia Civil facilitado, según él, por la Asociación de Simpatizantes de la Guardia Civil (ASIGC), un "estudio de la criminalidad extranjera" que fija el orden de "los que más delinquen". Calculando el número de detenidos por la Guardia Civil en el primer trimestre de este año, afirma que los marroquíes encabezan "la tabla" de los que más delinquen, con 1.594 detenidos, seguidos por 913 rumanos, y añade sin titubear que el "ranking definitivo, sumando el número de detenidos y los puestos que ocupan en cada tipología delictiva, indica que los marroquíes encabezan la tabla absoluta".

¡No hace falta hacer mucho esfuerzo para darse cuenta de cuáles son los objetivos de estos datos y de por qué se sacan ahora, pero es incomprensible que su periódico le dedique casi toda una página con dos titulares llamativos y sin respetar las más mínimas normas de profesionalidad y de ética periodística. A la Guardia Civil se le conoce como "el instituto armado" y, que se sepa, no es un instituto de estudios de moro-sociología criminal. ¿Cómo se puede llamar "estudio de la criminalidad extranjera" a un listado de extranjeros detenidos en los tres primeros meses de este año? Cualquiera con una mínima educación democrática sabe que un detenido no es un criminal por el simple hecho de ser o estar detenido. Este supuesto estudio y el artículo que lo divulga no aclaran de ninguna manera si estos detenidos han sido juzgados y condenados. Como usted sabrá, cualquier detenido en un Estado de derecho es inocente hasta que un juez sentencia lo contrario con todas las garantías jurídicas y constitucionales.

El artículo que su periódico publicó no habla para nada de condenados, habla de detenidos, los clasifica arbitrariamente como delincuentes y dice que, según la ASIGC, "cada año se deja en libertad, pero en situación irregular, a miles de personas a las que no se puede expulsar ni se les permite trabajar...". Un discurso aparentemente inocente, pero, en el fondo, es el mismo discurso repetido muchas veces por el PP y su extrema derecha. Un discurso que lleva sutilmente a la conclusión de que hace falta mano dura, juicios rapidísimos y expulsiones relámpago.

Señor director, la realidad de la inmigración es otra, sólo hay que echar un vistazo a las estadísticas de la Seguridad Social, a los informes de SOS Racismo y de Amnistía Internacional y también a las estadísticas de la inseguridad ciudadana en los andamios de las empresas constructoras, en la calle y en los lugares de ocio, cuyas víctimas son también trabajadores y trabajadoras inmigrantes con o sin permiso de trabajo.