La policía acusa a los dos detenidos de la muerte de Laura Orue en 1999
La guardia urbana bilbaína asumió en 2002 el caso de la joven de Zeberio
Después de tres años y medio sin avances en la investigación del asesinato de Laura Orue, la joven de Zeberio (Vizcaya) de 21 años cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en un pinar cercano a su domicilio una semana después de que desapareciera en agosto de 1999, dos hombres fueron detenidos el lunes en Vizcaya acusados de su asesinato. Los arrestados son M.R.N., de 31 años, y M.A.C.B., de 37, detenidos en las vecinas localidades de Miraballes y Arrigorriaga, respectivamente. Ambos cuentan con antecedentes por delitos relacionados con el tráfico de drogas y deberán ser puestos a disposición judicial antes de mañana expire el plazo de 72 horas.
La reactivación del caso se produjo en abril de 2002, cuando, por orden del Juzgado de Instrucción número 8 de Bilbao, se hizo cargo de las investigaciones el departamento de la Policía Municipal de Bilbao especializado en este tipo de delitos, que ha trabajado en colaboración con la Ertzaintza. Las actuaciones por el asesinato de la joven de Zeberio vuelven a estar protegidas por el secreto de sumario desde el 5 de mayo. El abogado de la familia de la víctima anunció ayer que pedirá el levantamiento del secreto de sumario.
El cuerpo de Laura Orue fue localizado semienterrado en una zanja de 50 centímetros de profundidad por uno de los voluntarios que tomó parte en los rastreos organizados tras su desaparición. La joven había acabado de trabajar sobre las 11.30 de la noche en un restaurante cercano a su domicilio y debía haber cogido el tren para desplazarse a Llodio, donde sus amigas la esperaban sobre la 1.30. Nunca llegó a su destino. Su coche estaba aparcado junto a la estación de Miraballes, pero no fue posible encontrar rastro alguno de su paradero.
El cadáver de la joven, de 21 años, no presentaba signos de agresión sexual ni otro tipo de violencia. Los análisis forenses sólo aclararon que la muerte se produjo por sofocación y que la víctima no había consumido sustancias tóxicas.
A pesar de las intensas investigaciones desarrolladas por la Ertzaintza, el caso parecía en un callejón sin salida desde que en diciembre de 1999 fue puesto en libertad, por falta de pruebas, el único implicado. Hasta que esta semana la Policía Municipal detuvo a los dos acusados del presunto asesinato el arresto del hijo del propietario del restaurante donde trabajaba la víctima los fines de semana, había sido el único movimiento importante del sumario. Sin embargo, quedó en libertad en 72 horas, ya que la testigo que aseguraba haberle visto junto a Laura
en Llodio la noche de la desaparición fue incapaz de reconocerle en una rueda de identificación. En los interrogatorios previos a su detención declaró que al terminar el trabajo en el restaurante familiar la noche del 29 de agosto de 1999 trasladó a un familiar en su coche a Bilbao y, posteriormente, estuvo con varios amigos antes de dirigirse a su domicilio de Basauri, donde vivía con su abuela.
Las circunstancias que rodearon las últimas horas de la vida de Laura y el móvil de su muerte siguieron siendo un misterio después de meses de investigaciones. Entonces, la Ertzaintza barajaba varias hipótesis, entre ellas que el fallecimiento fue consecuencia de un homicidio involuntario.
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