Málaga acoge el universo inquietante de José Hernández en una retrospectiva

El irrepetible y misterioso universo de José Hernández (Tánger, 1944) puebla, hasta el 1 de junio, las paredes del Palacio Episcopal de Málaga. Unas 215 obras (óleos, tablas, grabados, dibujos y carteles desde el gran formato hasta la miniatura) brindan un paseo privilegiado por la pintura de Hernández y muestran la versatilidad y coherencia de su trayectoria. La Junta y Unicaja han colaborado en esta retrospectiva.

Pese a que ningún cartel advierte en la fachada del Palacio Episcopal del tesoro que esconden sus muros, Ejercicio de memoria constituye todo un evento artístico. Gabriel Villalba, comisario de la muestra, ha logrado reunir una inmensa cantidad de obras merced a la generosidad de coleccionistas privados españoles y extranjeros y museos como el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

Premio Nacional de las Artes Plásticas en 1981, miembro de la Academia Europea de Ciencias, Letras y Bellas Artes de París, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y de la de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, Hernández ha sido homenajeado recientemente por el Ateneo de Málaga.

Ejercicio de memoria repasa la trayectoria del pintor desde 1961 hasta 2002. Tras un breve repaso a sus cuadros más antiguos (1961-1963), realizados a modo de graffitis callejeros sobre tablas muy texturizadas, la exposición se sumerge en las escenas oníricas que constituyen el grueso de la obra. Virtuoso del dibujo, amante de la arquitectura, la ciencia, la literatura y profundo conocedor de la pintura y los pintores, Hernández inventa monstruos humanos y los rodea de fastuosas y ajadas arquitecturas clásicas, jirones de tejidos ricos, insectos, peces, máquinas desvencijadas, huesos, plantas y flores.

La futilidad de la existencia y el absurdo de las ambiciones humanas son algunas de las reflexiones que proponen los cuadros de Hernández -sus figuras humanas son casi siempre popes ancianos que se descomponen junto con sus oropeles-. El dominio de la luz, de las texturas, de los acabados, se manifiesta incluso en los aguafuertes, técnica que domina. En su obra hay huellas de Goya, de Antonio Saura, de Dalí, y de clásicos como Leonardo Da Vinci o Durero.

La retrospectiva permite admirar por primera vez la serie inacabada de dibujos Talismán, donde exhibe su maestría técnica plasmando elementos arquitectónicos, grafías, plantas o lecciones de anatomía humana. También se recoge su colección de carteles y bocetos para escenografías teatrales y decorados cinematográficos realizados desde 1973 hasta hoy.