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Crónica:FÚTBOL | 34ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Terapia con una mano de goles

El Madrid evita cualquier debate sobre su crisis con tres goles tempraneros y Raúl y Guti como protagonistas

Santiago Segurola

Una mano de goles disipó cualquier duda sobre la reacción del Real Madrid al fiasco de Turín. Probablemente no ha tenido un partido más sencillo en Chamartín, donde todos los equipos ponen a prueba la agilidad de Iker Casillas. No el Málaga, que no recordó jamás a sus interesantes versiones anteriores, muy temidas por la hinchada madridista, bastante preocupada en la vigilia del encuentro. Pero al Málaga no le salió la vena competitiva que acostumbra, quizá porque le faltó el uruguayo Darío Silva, cuya aspereza se contagia en sus colegas. El Madrid se encontró con un rival comodón, nada preparado para defender, ni para atacar, sin interés por aprovecharse del estado de nervios que se vive en el Bernabéu. Por si acaso, el regreso de Raúl le viene de perlas al equipo. Marcó dos goles, protagonizó la mayoría de las jugadas de ataque y dio una sensación absoluta de autoridad.

REAL MADRID 5 - MÁLAGA 1

Real Madrid. Casillas; Salgado, Hierro, Helguera, Roberto Carlos (Cambiasso, m. 81); Figo (McManaman, m. 76), Flavio, Guti, Zidane (Solari, m. 65); Raúl y Morientes.

Málaga: Contreras; Josemi, Fernando Sanz, Roteta, Valcarce (Iznata, m. 29); Miguel Ángel, Gerardo, Manu, Musampa (Leko, m. 72); Sandro y Dely Valdés (Canabal, m. 72).

Goles: 1-0, M. 4. Morientes, desde la frontal. 2-0, M. 15. Raúl aprovecha un pase de Guti.

3-0, M.18: Roberto Carlos, de potente disparo.

4-0, M. 54: Morientes, en el área pequeña, a pase de Raúl. 4-1, M. 63: Manu, sin marca, no perdona ante Casillas. 5-1, M. 83: Raúl, en jugada individual.

Árbitro. Puentes. Amonestó a Gerardo, Josemi, Manu y Miguel Ángel.

Santiago Bernabéu. 67.000 espectadores.

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Al Málaga le sobraron pases y le faltaron delanteros. Dispuso de la pelota con abundancia en el primer tiempo, pero no le sirvió de nada porque el área madridista le quedó muy lejos. Y de remates, nada. Casillas salió del partido sin estirarse, cosa rara, y más en los últimos tiempos, que han sido un martirio para el portero. El Real Madrid también se dio a los pases, porque va en su estilo, pero eran pases para algo, para llegar al área y marcar goles. De eso trata del fútbol, y de eso se había olvidado el Madrid. Claro que con Raúl es más fácil. Raúl no se distrae de su objetivo ni a tiros. Puede hacer cualquier cosa en un partido, y todo estará destinado a infligir daño al adversario. Es un futbolista que ha hecho un arte de lo concreto, cosa que no sucede con muchos jugadores del Real Madrid, dispersos por naturaleza. La referencia de Raúl como estilo resulta fundamental para un equipo que, a veces, se enfrasca en un manierismo irremediable.

El partido no tuvo ningún carácter dramático. Se esperaba la respuesta de la hinchada a la derrota frente a la Juve y a los malos resultados en la Liga. Se esperaba, también, la reacción con respecto a Hierro o a Figo, los dos futbolistas más cuestionados tras el encuentro de Turín. No hubo caso. La gente saludó con tibieza la aparición del equipo, a la espera de emitir veredicto durante el juego, que no ofreció dudas desde el principio. Marcó Morientes en la primera llegada del Madrid y todo el partido fue de carril. Sin grandes alardes, pero con una frescura en la elaboración que había faltado en las últimas jornadas, el Madrid anotó en sus dos siguientes jugadas de ataque. Raúl -en fuera de juego- convirtió el segundo en un excelente pase de Guti y Roberto Carlos marcó el tercero con un martillazo. No se había alcanzado el primer tercio del encuentro. No había nada más que decir. La hinchada olvidó cualquier rencor y decidió disfrutar de la tarde.

Si Raúl fue decisivo, como es habitual, la naturalidad en el juego del equipo se debió a algunos estupendos instantes de Zidane y Guti. Zidane se abrió de capote en varias acciones clamorosas que provocaron el entusiasmo de la afición. Guti se dedicó a manejar el balón con facilidad y criterio, con la clase que le permite enhebrar pases que a otros se les hace imposible. Pases de gol, nada menos, como el que envió a Raúl en el segundo tanto, o en la jugada del quinto, también coronada por Raúl. Guti jugó una gran primera parte, con la sorprendente colaboración de Flavio Conceiçao, uno de los futbolistas más protestados por el público. En esta ocasión, hasta recibió alguna ovación. Flavio jugó con intensidad y poderío. Acudió con rapidez a cortar el fuego y no se peleó con la pelota, cosa rara. Se sintió tan cómodo, tan satisfecho, que su actividad comenzó a crecer ante la sorpresa general. Por fin se vio algo decente de un jugador que sólo ha provocado preguntas. ¿Por qué le fichó el Madrid? Ésa es la más común.

No hubo debate con Hierro, aunque escuchó algún silbido. Jugó con sencillez, no quedó expuesto nunca y pareció firme en todas sus acciones. Por una vez, la defensa del Madrid no se complicó la vida. Sí, dejó un borrón en la inoportuna acción de Helguera que precedió al gol del Málaga, pero el error llegó tan tarde que nadie lo tomó en cuenta. En esos momentos estaba firmado el armisticio entre el equipo y el sector crítico de la hinchada. Las previsiones de un desplome del Madrid, a la luz de los últimos resultados, se habían resuelto en dirección contraria, con una mano de goles y la Liga a la caza.

Zidane conduce la pelota, con Gerardo en el suelo.
Zidane conduce la pelota, con Gerardo en el suelo.LUIS MAGÁN

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