La coalición
Los datos que se van conociendo -con la inseguridad de las encuestas- indican que Aznar está perdiendo las elecciones. No las está ganando Zapatero, sino que las pierde Aznar: a su partido se le va la mayoría absoluta donde la tiene. La aproximación máxima la ganan los que Aznar llama los rojos y, ay, no lo son: la "coalición" de socialistas y comunistas, que, otra vez ay, no existe. Aznar pierde porque dice mentiras y resulta achulado y basto: mentiras como la del contubernio de ETA, Batasuna y el PNV, a la que los disfrazados de horror desmienten: desgraciadamente, por cuanto eso se llevará más. Y Zapatero no las gana porque se dedica a pelearse con Aznar en vez de explicar la izquierda.
La socialdemocracia es muy mala cosa para el votante de izquierdas. Ha tenido algún prestigio nuevo en Europa porque se opuso a la guerra. Pero se le está viniendo abajo con sus torpezas. La francesa fue considerable y espectacular: la izquierda socialdemócrata, y también algunos de las de verdad, votó a la derecha para hacer frente al fascismo de Le Pen, sin querer darse cuenta de que el fascismo ya no es de Le Pen, sino del imperialismo y la derecha democrática. Eso sí que fue una gran estupidez. Ahora es tarde para que salgan a la calle y hagan huelgas: las pensiones, las 35 horas, las ventajas de la legislatura anterior se les van. El presidente que fue elegido por miedo a Le Pen, que nunca hubiera podido ganar, y la mayoría parlamentaria se las quitan. Pero hay que recordar que en Francia a veces ganan las huelgas, y a pesar de las diferencias sindicales habrá huelga general el lunes y manifestación en París el otro lunes; ya sólo hay "contactos" del Gobierno y las fuerzas sociales, pero no "negociaciones". No deseo estas acciones para España: pero sí que la izquierda advierta que los dos partidos que pelean no son exactamente iguales. Ni el tercero, que va a subir.
Lo que puede sobrevenir en muchos municipios es que las mayorías absolutas desaparezcan, y que los que gobiernen tengan que unirse con otros partidos; eso puede ser más beneficioso para la derecha que para una izquierda que no quiere teñirse de rojo, sin recordar que en aquellos tiempos los mataron por rojos, y les quitaron por rojos cuarenta años de vida nacional y país. De aquéllos no quedan ni las huellas: se borró la memoria histórica. Bajó su puño, cerró la boca a las viejas canciones y retiró a Marx. Y los comunistas perdieron su nombre y se llamaron Izquierda Unida. No quieren ni acercarse. Cada uno prefiere a Aznar, pobres gentes.
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