El PSE dice que gobernará Álava "quien más sume"
El plan de libre asociación a España del lehendakari Juan José Ibarretxe se convirtió en el eje central del debate que ayer mantuvieron en la cadena SER los candidatos a diputado general del PP, PNV y PSE y consumió más de la mitad del tiempo del encuentro. No podía ser de otro modo, y más en esta provincia, la única gobernada por el constitucionalismo, en la que tanto sus defensores como sus detractores son conscientes de que se juega en gran parte, si no enteramente, su futuro. "Si Álava ratifica lo que ya dijo en las anteriores elecciones municipales, autonómicas y generales, el plan quedará varado, porque no hay nada peor para cualquier nacionalismo que perder territorio", dijo el actual diputado general, Ramón Rabanera (PP).
El debate dejó claro también que la propuesta de Ibarretxe se abre como una zanja que impide la transversalidad política y será a la vez elemento determinante en los pactos postelectorales, imprescindibles para gobernar la Diputación Foral. Javier Rojo, el candidato socialista, que, gane o no gane, será formación decisoria, lo formuló así: "El 26 de mayo es el momento de que Ibarretxe retire su plan. Se abrirían puntos de encuentro y se podrían sumar voluntades porque habría coincidencia en muchas cosas".
Entre los dos candidatos de los partidos constitucionalistas, Álvaro Iturritxa, el aspirante de la coalición PNV-EA, que no oculta sus escasas esperanzas de gobernar, se declaró "en minoría ante la coalición PP-PSE", en una afirmación que encendió al socialista Rojo. "No estoy en ninguna coalición y no tengo nada contra los nacionalistas. Es más, hay nacionalistas en mis listas", dijo, en alusión al ex peneuvista Emilio Guevara. "Pero no quiero compartir el proyecto de Ibarretxe y no puedo coaligarme con este nacionalismo que se enfrenta de lleno a las instituciones, quiebra los valores constitucionales y estatutarios y nos mete en un callejón sin salida".
Rojo interpeló directamente al representante nacionalista. "¿Está usted de acuerdo en que el lugar de Álava es Euskadi y el de Euskadi España?". "No estoy en desacuerdo con eso y es lo que plantea la propuesta del lehen
dakari", respondió Iturritxa, que también pidió "reflexión" sobre los motivos por los que "no gusta a ETA". Pese a ello, fueron vanos sus intentos por convencer de que el proyecto está abierto a incluir propuestas de PP y PSE y de que los nacionalistas han hecho renuncias para buscar el consenso: "Yo expuse mi parecer en el Parlamento y se lo envié al lehendakari", dijo Rabanera. "No atendió ninguna sugerencia mía; no sé a quién habrá escuchado", añadió.
Retraso
Iturritxa acusó a socialistas y populares de haber llegado "con retraso" a la defensa de un Estatuto de autonomía que, dijo, han incumplido en materia de transferencias. "Cuestionar el Estatuto porque faltan transferencias es como si yo pusiera en solfa la Ley de Territorios Históricos [la que rige la distribución interna de competencias en el País Vasco] porque Ibarretxe no me traspasa las competencias hidráulicas. Sería una irresponsabilidad", comparó Rabanera.
Sobre el fututo gobierno también se pronunciaron los tres: "Tal y como está el PNV", dijo el mismo Rabanera que hasta 1999 ayudó al PNV a aprobar sus presupuestos, "apuesto porque sigamos los que estamos", es decir, PP, UA ( actualmente en el gobierno foral) y PSE. Iturritxa pidió respetar la lista más votada y anunció que intentará que sirvan en Álava "los pactos que están funcionando en Euskadi", es decir, la coalición nacionalista más IU. La oponión determinante de Javier Rojo dejó sentado que en democracia "el valor de los proyectos es la suma de mayorías" y que está más legitimado para gobernar "quien es capaz de sumar más".
El debate dejo ver también que tanto en el PNV como en el PSE hacen daño las apelaciones recíprocas al voto de "los socialistas con corazón" de los primeros y de "los nacionalistas con alma" de los segundos, en esa pugna entre ambos por el voto autonomista y moderado.
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