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Reportaje:GABRIEL AMAT | Alcalde de Roquetas | ELECCIONES 25M | Panorama electoral

El anfitrión sin complejos

Un agricultor transformado en político que suple sus carencias formativas con un gran olfato para atraer inversiones millonarias

El municipio almeriense de Roquetas de Mar se ha convertido en el punto de mira de la provincia tras el espectacular crecimiento de su economía. Estas son las cifras: 18.000 viviendas a corto plazo; entre 2.500 y 3.000 licencias anuales de primera ocupación; una plaza de toros; un teatro; más de 200 millones de euros anuales procedentes del turismo, la agricultura y la pesca, y 21.000 camas hoteleras más en cinco parcelas nuevas.

Estos y otros datos de los últimos ocho años, para muchos ligados a la especulación, van intrínsecamente ligados a un hombre: Gabriel Amat, su alcalde. Quienes le conocen bien saben del entramado económico que gira en torno a su persona. Primero, por su tradición empresarial -agricultor hecho a sí mismo- y, segundo, por lo que mueve en Roquetas: grandes empresas hoteleras, constructoras y un gran centro comercial que le ha costado un pleito contencioso-administrativo, amén de los acuerdos plenarios anulados por la Consejería de Obras Públicas sobre esta área comercial.

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"Tiene un olfato increíble para atraer a los empresarios y que hagan negocio en su pueblo. Y no es un burócrata, es práctico y mueve dinero donde sea", describe al alcalde un miembro de la ejecutiva provincial del PP. Amat es el padrino, el confesor, el consejero y el hombre de respeto dentro del PP en Almería. No tiene rivales con poder ni dentro, ni fuera del partido. Quien osó denunciarlo por presuntos delitos de fraude, falsedad, estafa y prevaricación -la Entidad de Conservación de la Urbanización de Aguadulce (ECUA)- se disolvió y ya no existe.

Y dentro del PP, sólo si Luis Rogelio Rodríguez, pupilo de Amat, pierde las elecciones en la capital, terminaría su influencia interna en el partido. Sin duda, su mayor destreza ha consistido en ayudar al PP "no a nivel provincial", sino regional y nacional. "Eso le ha permitido estar cerca, muy cerca del poder, en el lugar adecuado y a la hora oportuna", opina quien fue compañero suyo en más de un comité del partido.

Amat ha nacido y se ha hecho a sí mismo apostando siempre por el caballo ganador y sabiendo "nadar y guardar la ropa". "Dice sí aunque piense lo contrario y cae bien a todo el mundo. Es un hombre que ha entendido muy bien lo que su pueblo quiere y se lo da al margen de sus criterios ideológicos, que creo que ni los tiene. No se sabe si es liberal, de centro, democratacristiano y ni él mismo lo sabe", dice la misma persona. Y es que Gabriel Amat primero es de Roquetas y, después, del PP, circunstancia que no ha chocado en absoluto con su "disciplinada actitud" por y para las siglas de la gaviota.

Su relación con el presidente y candidato en Almería, Luis Rogelio Rodríguez, "a quien defiende a muerte", fue antes personal que política. El abuelo de Luis Rogelio ejerció de abogado de Amat y esta circunstancia ha forjado un tándem inseparable. "A Amat se le ve como el consejero de la familia. Luis Rogelio acude a él cuando tiene problemas y ha solucionado muchos conflictos en el partido. Ése es Gabriel, lo observa todo desde su esquina", aprecia un cargo orgánico.

Tampoco es casual que Amat haya hecho de Roquetas el frecuentado refugio de la senadora Mar Agüero -su residencia la tiene en Aguadulce-, del ministro Ángel Acebes o de Carlos Iturgáiz, entre otros. Sin embargo, su disciplina y obediencia hacia las siglas jamás le ha impedido "cantarle las cuarenta" a altos cargos del PP en Madrid.

Sus limitaciones derivadas de una escasa formación cultural e intelectual le han redimido y acercado aún más a la gente de su pueblo. Amat ha hecho célebres expresiones como "soy Grabiel Amat", "muy inrregular" o "tres coma cinco y medio", pero con ellas ha calado en quienes lo han visto como hombre falible y limitado, a la par que cercano.

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