La cuestión de la seguridad ciudadana divide a políticos y profesionales
La criminalidad está en el primer plano del debate electoral aunque guardias y policías se quejan del "simplismo" con que se analiza
La seguridad en política siempre se ve en negativo. De hecho, en sus discursos, proclamas, promesas y mítines varios en estas fechas los políticos siempre hablan de inseguridad. Con este punto de partida es prácticamente imposible el análisis lúcido y realista que los ciudadanos merecen que les ofrezcan aquellas que se postulan para gobernarles.
Andalucía no es una excepción y sobresalen las voces que se quejan de la falta de seguridad. Los ciudadanos y las agrupaciones se quejan de lo que dicen vivir y utilizan además las cifras que les dan las estadísticas oficiales. Esos estudios probabilísticos y porcentuales llevaban en el pasado a grandes políticos, como por ejemplo el inglés y británico Winston Churchill, a frotarse las manos ante la capacidad de interpretación que ofrecen. Para los políticos andaluces, según asegura un alto cargo de la Guardia Civil en Andalucía, "son un verdadero quebradero de cabeza ya que por un lado quieren saltar de inmediato a satisfacer las quejas de los ciudadanos pero no saben cómo y, además, lo hacen todo desde el beneficio a corto plazo, olvidándose de la prevención que fructifica a los 15 o 20 años".
Las estadísticas de criminalidad de las ciudades andaluzas sobre 2001 y 2002 sostienen que en las poblaciones urbanas bajo el ámbito del Cuerpo Nacional de Policía de la provincia de Sevilla "se tuvo conocimiento" de 83.629 infracciones -delitos y faltas-, y se esclarecieron 13.866, el 16,58%. En el mismo ámbito de la provincia de Málaga, también en 2002, se denunciaron ante la policía 66.453 casos y se resolvieron 15.903, el 24,66%. Con un análisis simplista, según sostienen los altos cargos en activo del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil en Andalucía Occidental
entrevistados, se podría decir que la delincuencia es más grave en la provincia de Sevilla. Pero si se araña la superficie del frío cálculo porcentual, resulta que en Málaga los asesinatos y homicidios son muchísimo más numerosos, según aseguran estas mismas fuentes, y las bandas internacionales ajustan cuentas con armamento de repetición o incluso militar, mientras que en Sevilla lo que hay son numerosos hurtos y tirones.
De ahí surge un nuevo problema: enseñar al ciudadano a distinguir entre un tipo de delitos u otro o ir más allá y explicar cómo el aumento del número de delitos denunciados no significa necesariamente que haya más. No hay que olvidarse nunca de que las estadísticas oficiales hablan de los delitos denunciados no de los reales, que son totalmente imposibles de cuantificar. Las campañas para animar a la denuncia telefónica o las de concienciación sobre los malos tratos han provocado el aumento considerable de los delitos "conocidos". ¿Significa eso que ahora haya más tirones en Sevilla o que más andaluzas sufran abusos por parte de sus parejas? "A veces el trabajo policial tiene peor imagen cuanto mejor se hace. Si se detienen a inmigrantes en pateras parece que han llegado en mayor número mientras que lo más probable es que sea todo lo contrario", afirma un portavoz de la Guardia Civil.
Otra posibilidad de las estadísticas es la comparación. Así, tanto Málaga como Sevilla salen muy bien paradas en relación con el número de delitos denunciados si se les compara con Valencia, de tamaño y población similar, que tuvo116.667 infracciones en 2002.
En provincias como Córdoba, siempre en el ámbito del Cuerpo Nacional de Policía, de 2001 a 2002 las infracciones denunciadas se incrementaron un 14,13%; en Cádiz, un 5,36%; Huelva, 3,42%; Almería 2,36%; Jaén, 0,47% y en Granada bajaron el 12,76%.
Lo que es indudable es que la percepción de inseguridad ha aumentado increíblemente entre los andaluces y que no hay ningún Churchill que les sepa tranquilizar, ya sea con soluciones o con explicaciones sobre cifras que pueden leerse de muchas formas.
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