"Los aragoneses se sienten traicionados por el trasvase"
Marcelino Iglesias ha presidido el Gobierno de Aragón los últimos cuatro años y puede ser el primer presidente aragonés que repita mandato.
Pregunta. Las encuestas dicen que puede ganar con facilidad ¿Está convencido?.
Respuesta. En 20 años no ha habido ningún presidente que haya repetido mandato. Yo voy a hacer lo posible, porque es mi obligación y porque el reto más importante de esta comunidad es conseguir estabilidad política.
P. Gobierna con apoyo del PAR ¿Seguiría así?
R. Trabajo para poder gobernar, no estoy pensando en una coalición y no voy a tomar decisiones antes de las elecciones. Pero estoy muy satisfecho de la actitud, la colaboración y la lealtad que ha mantenido mi socio de Gobierno en estos cuatro años.
P. Hay un momento terrible para el PSOE en los años noventa, y especialmente en Aragón, con tres nombres: Luis Roldán, José Marco [presidente de la comunidad] y Ángel González Triviño [alcalde de Zaragoza]. Aquí, de 30 escaños pasaron a 19. ¿Eso está olvidado o sigue pesando?
R. Está superado, no olvidado. Hemos abierto otro capítulo.
P. ¿La fórmula para la financiación de la comunidad es suficiente?
R. Hemos exigido que se aplique una previsión estatutaria que nos permite una negociación bilateral con el Estado. Nuestro Estatuto es el único que lo prevé, aunque no ha sido respetado. También dice que cuando se modifican los impuestos cedidos, por ejemplo el de sucesiones, debe haber compensaciones y tampoco se ha respetado ese derecho.
P. Como van a pesar electoralmente el Prestige, la guerra de Irak o el trasvase?
R. Aquí pesa sobre todo el trasvase. El PP tuvo un apoyo importante en Aragón, pero no explicó a la gente que su voto iba a servir para hacer el trasvase, y ése es el gran problema que tiene Aznar con Aragón. Los aragoneses se han sentido traicionados.
P. ¿Tan malo es el trasvase?
R. Una comunidad como Aragón, muy árida, existe porque tiene agua y el crecimiento tiene como elemento fundamental el agua. No se trata de negarle el agua a nadie, sino de resolver el problema sin crear otro mayor en el valle del Ebro. ¿Cuánta agricultura queremos hacer en Levante y para qué y para quién? ¿Qué interés hay en desplazar la producción agrícola a 1.000 kilómetros de donde está el agua?
P. El Plan Hidrológico, electoralmente hablando, le viene como agua de mayo.
R. No lo hemos hecho nosotros.Aragón ha tenido que defenderse del Plan, que se hizo, según dijo en Murcia el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, porque el PP había perdido en Aragón. Es inaceptable, y la apelación que se hace a la solidaridad, perversa. ¿Solidaridad de los pobres con los ricos? Solidaridad es justo lo contrario.
P. ¿Qué le satisface más de su mandato?
R. En el último siglo la mitad de los nacidos en Aragón han tenido que irse a trabajar fuera. En los últimos cuatro años hemos invertido la tendencia.
P. ¿Lo mejor de su programa?
R. Uno de los objetivos en educación es que los niños tengan los libros de texto gratis hasta los 16 años. En este momento los tienen ya los tres primeros cursos de primaria. En sanidad, quiero garantizar a toda la población un plazo máximo de seis meses para las intervenciones más complejas. Si se pasa el plazo, podrá elegirse cualquier hospital o clínica española, pública o privada, pagada por la comunidad.
P. ¿Usará el retraso del AVE y el trasvase del Ebro como armas electorales?
R. El AVE no. Soy partidario de que funcione cuanto antes y con seguridad. Pero con el trasvase, sería un irresponsable si no explicase que es el PP quien lo promueve y lo defiende.
P. ¿Qué comentario le sugiere la jota:
"La Virgen del Pilar dice / que no quiere ser francesa / que quiere ser capitana / de la tropa aragonesa"?
R. La defensa patriótica de Zaragoza frente a la invasión francesa, hace casi 200 años. Francia, con su superioridad militar, económica y política se consideró con derecho a imponer su proyecto. Pero no es posible imponer la democracia y la libertad a nadie. Nos sucedió a los españoles y fue un fiasco. Ni Napoleón pudo ni Estados Unidos podrá imponer a nadie su ley, ni siquiera su superioridad democrática. Cada pueblo tiene que hacer su camino.
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