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FÚTBOL | Semifinales de la Liga de Campeones, partidos de vuelta

Incombustible Maldini

Santiago Segurola

La historia de la Copa de Europa está perfectamente resumida en la familia Maldini. El padre, Cesare, jugó en el notable Milan de los años sesenta. El hijo, Paolo, le superó en los ochenta y en los noventa. En el siglo XXI continúa como máxima referencia del equipo, lo que habla de su calidad como defensa. No hubo un lateral mejor que Maldini y es difícil encontrar un central mejor en estos días. Nadie diría que se aproxima a los 35 años cuando se le ve pletórico, como frente al Madrid en el Bernabéu. Maldini fue el defensa que significó, junto a Baresi, la superioridad del Milan de Sacchi frente a la exquisita quinta del Buitre. Tantos años después, posee la extraña cualidad de convertir el ejercicio defensivo en un arte. Puede que le falte la sutileza de Baresi para dirigir la línea, pero lo normal es ver cómo se impone a los delanteros porque su capacidad atlética sigue vigente, porque actúa con una inteligencia y una serenidad poco habituales en los defensas y porque su ánimo competitivo sigue intacto. Todavía hoy cuesta un mundo desbordar a Maldini, superarle en el juego aéreo, comprometerlo, en definitiva.

Es el último representante de un equipo que hizo leyenda. A su lado figura otro dinosaurio de la edad dorada: Costacurta, que puede presumir de una gran carrera. Pero es de Maldini de quien se acuerda la gente cuando le viene a la memoria el gran Milan.

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