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Tribuna:LA OPINIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS | ELECCIONES 25M | La pelea por el voto verde
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Hacia un poder local andalucista

La consolidación de un poder político autónomo en Andalucía es un reto para todos aquellos que no aceptamos la persistencia de una situación de dependencia de nuestra tierra que impide desarrollar con plenitud todas sus potencialidades. El periodo transcurrido desde que la movilización del pueblo andaluz arrancó al poder central una autonomía de primera nos muestra con claridad que no es suficiente tener instituciones de autogobierno, sino que además, precisamos un poder político autónomo, sin hipotecas, que las sustente.

Es cada vez más evidente que el encadenamiento de Andalucía a estrategias políticas y económicas ajenas a nuestros intereses no hace sino relegarnos a un papel marginal en la configuración de España y Europa y esto conlleva inexorablemente la ampliación del importante diferencial que nos separa de las regiones desarrolladas de nuestro entorno.

Los medios de comunicación son escasamente receptivos al proyecto del PA, intentando relegarnos a la marginalidad.
No es suficiente tener instituciones de autogobierno, sino que, además, precisamos un poder político autónomo.
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En este sentido es paradigmático el cambio de discurso político del PSOE dependiendo del inquilino de la Moncloa. Durante el largo periodo de gobierno González, los dirigentes socialistas utilizaron su amplio poder institucional para desmovilizar al pueblo andaluz cercenando de raíz sus movimientos reivindicativos. Tras el triunfo del aznarismo se produjo un radical cambio de estrategia instrumentalizando las instituciones andaluzas en aras a una política de confrontación con el gobierno de Madrid que les permitiera recuperar el poder perdido. Del seguidismo incondicional habíamos pasado a la confrontación permanente.

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El PP, aunque nunca ha gobernado en Andalucía, tampoco ha sido ajeno a esta transmutación, y su discurso pseudo-andalucista del periodo González se ha reconvertido en una posición numantina de respaldo de unas políticas de Madrid que marginan permanentemente a nuestra tierra.

Para PSOE y PP Andalucía no es, en definitiva, sino un campo de batalla donde dirimir sus confrontaciones políticas con el objetivo de alcanzar o mantenerse en la Moncloa.

El proyecto andalucista, siendo considerado por un amplio sector de la población andaluza como instrumento necesario para defender nuestros intereses colectivos sin hipotecas externas, no termina de alcanzar la credibilidad necesaria para ser una opción real de gobierno para Andalucía. Muchos andaluces, aún siendo conscientes de la necesidad de un partido andalucista fuerte que llene de contenido nuestras instituciones de autogobierno y realice una política efectiva de reivindicación ante el gobierno de Madrid, ajena a las vicisitudes de sumisión o confrontación que han practicado los dos partidos centralistas, se dejan arrastrar por la falsa confrontación PSOE-PP, las dos caras de una misma moneda cuyos intereses no están en Andalucía.

Siendo el PA la única alternativa capaz de superar la hegemonía de un Partido Socialista tan eficaz a la hora de ejercer un férreo control político y social como incapaz para conseguir un poder político real para nuestra tierra y la incapacidad de un Partido Popular tan ajeno a los intereses de Andalucía, se hace imprescindible un nuevo impulso que nos permita consolidar un poder andaluz.

La inexistencia de grandes empresas mediáticas que tengan sus intereses primigenios en Andalucía hace que, salvo muy contadas excepciones, nuestros medios de comunicación sean escasamente receptivos al proyecto andalucista, intentando relegarnos con frecuencia a la marginalidad, al provocar el PA una distorsión en el bipartidismo que pretenden imponernos. A esto contribuyen las estrategias coincidentes de PP y PSOE para evitar unas elecciones donde Andalucía sea la protagonista, con sus problemas y sus demandas de futuro, haciendo reiteradamente coincidir las elecciones autonómicas con otras de ámbito estatal y de esta forma solapar un debate estrictamente andaluz.

Es precisamente este control mediático ejercido por el PP y el PSOE y su intencionado enmascaramiento de los problemas reales de los andaluces y de las causas que los producen y perpetúan, el que se le escapa en gran medida en las elecciones locales. Cuando se trata de elegir a los regidores municipales la partida se juega en condiciones menos desequilibradas, pues la exuberancia de medios al alcance de los partidos centralistas y sus intentos de excluir del debate a todas las alternativas ajenas a su confrontación bipartidista estatal, tienen como contrapeso la credibilidad y proximidad de los candidatos andalucistas, su conocimiento de las demandas de sus conciudadanos y su capacidad para dar alternativas. Estas circunstancias han facilitado la elección de numerosos alcaldes y alcaldesas andalucistas y los ciudadanos han comprobado su talante abierto, su capacidad de gestión y la defensa de los intereses de su municipio con carácter prevalente sobre otros compromisos. Por ello la tónica habitual es que cuando los ciudadanos eligen un gobierno municipal andalucista, elección tras elección siguen revalidándole su apoyo.

Las elecciones del próximo 25 de mayo son una nueva oportunidad de extender y consolidar el proyecto andalucista por toda nuestra amplia geografía. El esfuerzo realizado por nuestra organización va a permitir presentar candidaturas en municipios que representan mas del 90% de la población andaluza. Son equipos de mujeres y hombres que tienen la firme voluntad de servir, ser útiles, a sus conciudadanos; que aportan "ideas nuevas" para sus municipios; que defienden proyectos abiertos y participativos capaces de movilizar los recursos humanos y económicos de sus pueblos y ciudades; que apuestan por un desarrollo sostenible ligado a la protección de nuestros recursos naturales; que van a impulsar la construcción de infraestructuras y equipamientos públicos; que tienen una clara conciencia de la necesidad de defender nuestras señas de identidad; que quieren desarrollar una enérgica política de solidaridad social; que van a ser aliados incondicionales de nuestra juventud; que creen firmemente en la igualdad efectiva de nuestras mujeres. En definitiva, contribuir al progreso de Andalucía pueblo a pueblo, ciudad a ciudad.

A partir de ganarnos la confianza de nuestros vecinos con una gestión municipal abierta, transparente y eficaz el camino es más fácil. La credibilidad alcanzada en la política local se va trasladando progresivamente a las elecciones andaluzas, las estatales y las europeas. El avance hacia un poder andaluz se vuelve imparable.

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