De líder minero a candidato a alcalde de Aznalcóllar
Un ex sindicalista de Boliden, propietaria de la balsa de residuos tóxicos que causó un desastre ecológico, encabeza la lista de IU
Rafael Gallardo está más preocupado por su hija de 14 años que por su precaria situación laboral. Hasta abril de 1998, Gallardo era un ejemplo de estabilidad: "Trabajé 24 años en la empresa, hice de todo, desde operador eléctrico a conductor de camiones de gran tonelaje". Pero a Rafael Gallardo, a sus 400 compañeros, a los 5.700 vecinos de Aznalcóllar (Sevilla) y a los 55.000 habitantes de la comarca se les acabó la tranquilidad tras el desastre ecológico que causó su empresa, Boliden, en el valle del Guadiamar. Y hasta ahora.
Porque, aunque las Administraciones públicas han hecho un esfuerzo para paliar las consecuencias económicas del desastre, sustituir lo que daba la mina, que abandonó en 2001 la multinacional sueco-canadiense Boliden, es casi imposible. No sólo garantizaba contratos fijos y bien remunerados para sus 400 empleados. También daba ocupación a más de un millar de trabajos indirectos y había hecho de la extracción de cinc y cobre un monocultivo.
El pasado verano, el Gobierno central y la Junta de Andalucía acordaron el plan para los trabajadores de Boliden: 275 empleados se acogieron a la jubilación anticipada. Para otros 109 mineros, la Junta se comprometió a diseñar un plan de recolocaciones que pasaba por incentivar a empresas que se ubicaran en la comarca e impulsar un polígono industrial en Aznalcóllar.
Gallardo, de 43 años, es de "los recolocables", como les llaman en el pueblo. El Ejecutivo andaluz ha mediado ya para colocar a 82 de ellos en empresas que se encargan de la restauración de la mina o de la urbanización del futuro polígono industrial de la localidad. Son trabajos en los que los ex mineros cobran menos y, sobre todo, no tienen garantizada la continuidad. Es lo que le pasó a Gallardo: su empresa dio por finalizado su contrato a principios de mes. "Le dije a unos amigos que estaba dispuesto a ponerme en huelga de hambre hasta conseguir trabajo; mi niña estaba delante y desde entonces tiene pesadillas todas las noches y es ella la que casi no come en el colegio", explica este ex empleado de Boliden.
Incertidumbre
"Hay varios mineros que tienen problemas psicológicos, y casi todos tenemos problemas con nuestras mujeres, porque es siempre lo mismo desde hace cuatro años", corrobora Juan José Fernández (CC OO), que se ha convertido en portavoz de los "recolocables".
"Lo peor de todo es la incertidumbre", indica Fernández, que acaba de recibir la orden de preaviso de despido de las 16 personas que trabajan en la urbanización del nuevo polígono industrial. Habrá nuevas conversaciones con la Junta, amagos de movilización y, probablemente, nuevos contratos. "Pero no podemos seguir viviendo así", resalta Juan José Fernández.
La suerte de los "recolocables" y, en buena parte, del pueblo depende de que los nuevos proyectos empresariales lleguen. Pero algunos no se fían y piensan que eso sólo será posible con más movilización. Una sensación que ha empujado a Agapito Ramírez, otro ex minero, de 45 años, a presentar su candidatura a la alcaldía bajo el paraguas de Izquierda Unida.
Si el presidente andaluz, Manuel Chaves, convocó a un centenar de personas en la presentación de la candidata del PSOE, Salud Santana, Ramirez sostiene que él reunió a 400. "Estaba asustado", dice el ex minero. ¿Quién ganará? El PSOE ha sido siempre el partido más votado, y en las últimas elecciones Salud Santana logró para los socialistas 9 de las 13 concejalías. La alcaldesa se presenta a la reelección con el aval del esfuerzo preferente de la Junta en la zona, que arrastró al Gobierno para firmar el pacto laboral y subvencionar inversiones y contratos para fijar nuevas empresas en la comarca.
Pero Ramírez se ha convertido en pocas semanas en el único rival de los socialistas. Es un hombre respetado por la mayoría de los mineros y, como representante sindical, fue el primero al que avisó la empresa en la madrugada del 25 de abril de 1998 cuando reventó la balsa de residuos tóxicos. Es también el que impulsó una respuesta dura a los titubeos del Gobierno central para cerrar las jubilaciones anticipadas: tres meses de encierro en las instalaciones de la mina, la ocupación de la catedral de Sevilla y un intento de cortar el AVE -que acabó en un choque brutal con los antidisturbios- fueron movilizaciones que aceleraron el pacto.
Mantener la presión
El nuevo candidato de IU, cauto sobre sus posibilidades -"creo que tendremos tres concejales, pero hay quien dice que serán más"- y con otros cuatro mineros en su candidatura, quiere mantener la vía de la presión social para que lo que "ahora son sólo ilusiones" no se desvanezcan.
"Por ahora, las empresas más importantes, como Mercadona, no quieren recolocar mineros y se han ido a otros pueblos de la comarca que tienen mejores comunicaciones. Muchos jóvenes tuvieron que ir a Portugal, Levante o Málaga para buscar trabajo", sostiene Ramírez, que para apuntalar esta apreciación subraya que el censo electoral (4.466 votantes) se ha congelado por primera vez en toda la democracia. Y mantiene que algunos de los que se quedaron llenan de madrugada furgonetas para ir a recoger la fresa en la costa de Huelva, "algo que aquí hacía mucho que no se veía". El líder minero acoge con reserva la próxima instalación en el polígono de Aznalcóllar de RMD, una firma leonesa de reciclado a la que los ecologistas ponen reparos y el Ejecutivo andaluz ha subvencionado. La Junta recalca que generará 55 puestos de trabajo, como una nueva muestra de su apuesta por el futuro de la localidad. La credibilidad de esa apuesta es la que se pone en juego en las urnas de Aznalcóllar.
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