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OPINION DEL LECTOR
Columna
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Urbanismo en Villalbilla

En mayo de 2000 nuestro Ayuntamiento de Villalbilla aprobó la revisión a las normas subsidiarias con el (des)propósito de ampliar la edificabilidad del municipio hasta límites aberrantes. Desde entonces, se han hecho distintas modificaciones, rectificaciones, subsanaciones y correcciones de errores.

Todas estas modificaciones han permitido acrecentar aún mas el furor urbanístico-constructivo de nuestros regidores, cuya máxima aspiración parece ser la de multiplicar la población por cuatro o cinco en el plazo más breve posible.

Nuestro alcalde y concejal de Urbanismo, que presume de querer un pueblo de uso residencial y de aires campestres, es el principal responsable e impulsor de este urbanismo matapaisaje y tapacampo, que ha multiplicado también desorbitadamente el suelo para usos industriales.

El último atentado al paisaje lo constituye la ampliación del polígono industrial, que prácticamente va a bordear toda la carretera hasta las vías del AVE, sin salvar siquiera la zona verde protegida del cerro Los Bordales, ya herida en tres de sus cuatro costados, cambiando así las vistas de la campiña por las de la rapiña especulativa.

Espero que tanta insensibilidad sea inocente y no guiada por otros intereses que los de engrandecer el pueblo, aunque el beneficio económico de unos pocos nunca compensará la angustia y la tristeza de los que nos sentimos estafados.

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