Europa refuerza sus controles por la nueva crisis de 'vacas locas'

La nueva crisis de la encefalopatía espongiforme bovina, o mal de las vacas locas, que afecta a los humanos, ha llevado a los Gobiernos europeos y a las autoridades comunitarias a una carrera por reforzar las medidas de control. La decisión adoptada por Francia el martes de prohibir y destruir las harinas animales fue seguida ayer por Italia. El Parlamento Europeo se mostró favorable a ampliar la medida en los países de la Unión. Asimismo, Bruselas anunció que se reforzarán "a gran escala" las inspecciones para reducir el riesgo de infecciones.

La Oficina Alimentaria y Veterinaria de la Unión Europea reforzará en los próximos meses las inspecciones que realiza en los Estados miembros para comprobar cómo se aplica la legislación comunitaria en la prevención de nuevas infecciones. El PSOE presentó ayer una proposición no de ley para que en España también se prohíba alimentar a animales con piensos que puedan transmitir la enfermedad. La propuesta socialista se basa en que, si bien está prohibido en España desde hace seis años alimentar a vacas, corderos y cabras con harinas animales, no lo está la fabricación y venta de estos piensos para la alimentación de cerdos, aves de corral y peces de piscifactoría. Los piensos se fabrican en 13 plantas distribuidas por el territorio español, que producen 340.000 toneladas al año. La enfermedad abrió ayer, además, otro frente: el jurídico. Los familiares de una de las personas fallecidas en Francia por la encefalopatía que transmiten las vacas locas y los de otro enfermo que se debate entre la vida y la muerte anunciaron la presentación de una demanda contra "agentes e instituciones" británicos, de la Unión Europea y del Estado francés por "envenenamiento" y "homicidio involuntario". Los demandantes consideran que entre los años 1986 y 1996 no se adoptaron las medidas necesarias para impedir la expansión del mal entre los animales y sus consecuencias en la salud humana.