Cemento vivo
Científicos granadinos descubren que una bacteria puede regenerar los minerales
Una bacteria podría fabricar cemento en el futuro. Con ella será posible restituir las piedras de viejas catedrales, palacios y fachadas carcomidas por el tiempo y la lluvia. Se llama Myxococcus xanthus y hasta ahora, en que un grupo de profesores de la Universidad de Granada lo ha descubierto, se desconocía una de sus propiedades: la capacidad de producir distintos minerales según el entorno en que se desarrollara, como una especie de cemento vivo.
Es una bacteria multiusos. La Myxococcus xanthus, de apenas diez micras de longitud, es un microorganismo que se encuentra en cualquier tipo de suelo y que capaz de producir no sólo antibióticos, sino también minerales. Basta con que se desarrolle en un cultivo determinado para que produzca fosfatos, carbonatos, sulfatos o incluso cuarzo.
Eso es lo que descubrieron tres investigadores del Departamento de Mineralogía y Petrología de la Facultad de Ciencias en Granada, los catedráticos Manuel Rodríguez y María Teresa González-Muñoz, y el profesor titular Carlos Rodríguez. Llevaban en un proyecto de investigación sobre la batería más de doce años cuando González-Muñoz descubrió que, en función de lo que el microorganismo "consumiera", fabricaba un distinto tipo de mineral.
Pero no sólo eso. A pequeña escala, los tres científicos constataron que, puesta en un determinado entorno mineral deteriorado, la Myxococcus Xanthus regeneraba cualquier tipo de piedra dañada. "Decidimos probar", explica el catedrático Manuel Rodríguez: "Si esa bacteria puede fabricar carbonato cálcico, por ejemplo, ¿por qué no hacer que se desarrolle en las piedras ornamentales de los edificios, que son mayoritarios en ese compuesto?". El resultado fue tan sorprendente que la investigación ha sido elegida como "la mejor de las mejores del mes de abril" por la Sociedad Americana de Microbiología y publicada en la revista Applied and Environmental Microbiology. También las revistas Science y Nature se han hecho eco del hallazgo.
Biorremediación
Al igual que las bacterias que intervienen en los procesos de biorremediación -aquellas que restauran de modo natural un entorno dañado por una catástrofe ecológica, como, por ejemplo, las bacterias que aún se siguen utilizando en Alaska para paliar el desastre ecológico del petrolero Exxon Valdez en 1989- la Myxococcus Xanthus hace lo propio en el entorno mineral. Colocada sobre una piedra dañada por la corrosión, la bacteria vuelve a restaurar los componentes minerales que habían desaparecido. Y además, lo hace sin alterar el entorno. "Es un cemento perfecto para la restauración de ornamentos en edificios históricos", afirma Carlos Rodríguez. "No sólo devuelve un fragmento a su estado original, sino que, además, respeta la porosidad de la piedra y, una vez completado su trabajo, la bacteria desaparece".
La bacteria surte efecto en apenas cinco días, según han constatado los científicos granadinos. "Hasta ahora hemos trabajado a micro-escala", explica González-Muñoz. "Ahora lo haremos a meso-escala [con pequeños objetos en un espacio cerrado] y, finalmente, lo haremos al aire libre, para ver cómo se comporta".
La Myxococcus Xanthus puede ser de una tremenda utilidad en el futuro para la restauración de edificios o para evitar el desgaste y la corrosión de la piedra. Se comporta del mismo modo en que las células de un ser vivo regeneran un órgano dañado. "La capacidad de esta bacteria es sorprendente", dice González-Muñoz. "Basta con asentarla en un determinado cultivo para que produzca el mineral que hay en él". "Los microorganismos", añade, "son todo un mundo. Siempre te darán todo lo que pides de ellos si sabes la manera en que debes pedírselo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.