Viaje al epicentro del horror en Chernóbil
El esfuerzo ciclópeo que hicieron decenas de miles de seres humanos para
contener la radiación que vomitaban los restos del reactor número 4 se
aprecia en toda su magnitud al visitar el interior del sarcófago que esa
gente construyó poniendo en peligro la vida. La central nuclear de
Chernóbil se clausura mañana, pero las consecuencias de la catástrofe del
26 de mayo de 1986 perdurarán. Lo que se ve dentro es sobrecogedor. Hay
escaleras siniestras que conducen hasta el techo del sarcófago. Desde una
galería, impresionante, se abrieron orificios a diversos niveles hacia la
sala del reactor. Se trataba de llegar al epicentro del horror.
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