Schröder fuerza a su partido a aceptar una drástica reforma social

El canciller alemán, Gerhard Schröder, amenazó ayer a la dirección del Partido Socialdemócrata (SPD) con dimitir si se rechaza la Agenda 2010, el plan que trata de reactivar la economía y que supone la aplicación de recortes en el sistema de pensiones y el Estado de bienestar. El SPD celebrará un congreso extraordinario el próximo 1 de junio. Hasta entonces, Schröder juega fuerte para arrinconar a los parlamentarios que quieren impulsar un referéndum interno contra los recortes sociales.

"Quien quiera decidir o imponer algo distinto, ha de saber que con ello sustraería la base de mi trabajo y me obligaría a obrar en consecuencia", dijo Schröder al inaugurar la reunión entre la dirección del partido y la del grupo parlamentario. Aunque abierto a la negociación, el canciller subrayó que no está dispuesto a cambiar el criterio fundamental de los cambios: la reducción de las prestaciones por desempleo -de los actuales 32 meses a 12, excepto en el caso de los mayores de 55 años, que tendrán 18 meses de seguro de paro- y el recorte en las pensiones de jubilación y en la cobertura de la sanidad pública. "Sin renovación, a la larga no podremos garantizar la justicia social", asegura el canciller.

Al final, el plan se aprobó en la ejecutiva del partido socialdemócrata con 28 votos a favor, 4 votos en contra y 4 abstenciones. Además de los parlamentarios del ala izquierda, los sindicatos presionan también contra cualquier modificación de la red de protección. Para tratar de vencer estas resistencias, Gerhard Schröder ha convocado un congreso extraordinario para el próximo 1 de junio, que el canciller quiere que sirva como un voto de confianza. El objetivo es arrinconar a los 12 parlamentarios socialdemócratas que impulsan un referéndum en el partido para rechazar los recortes sociales.

Mientras tanto, la economía alemana conoció ayer que el cálculo del 1% crecimiento para 2003 se ve recortado al 0,75%. La OCDE prevé un 0,3%.