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Crítica:DORMIR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Interiores de un nuevo turismo rural

EL BABÚ, ventanas a los prados y la sierra del Sueve, en Asturias

Su mayor virtud es el empeño de su propietario, Pedro Mañas, en la ordenación visual de los espacios. Geometría exigida sobre los retazos de una casona del siglo XVIII tan retocada y puesta al día que apenas se reconoce entre los tejados de Carrales, una tímida aldea del concejo de Caravia. El monte Babú y el pico Pienzu ceden aquí un peldaño del paraíso natural asturiano al interiorismo de corte posindustrial recreado por Mañas en todos los rincones de su casa, audacia que coloca a Asturias en el pedestal de un nuevo turismo rural. Sin que a su alrededor dejen de segarse los prados, la propuesta hotelera integra lo tecno y lo rústico según el catecismo decorativo de Ikea y Habitat. Mobiliario de madera, aluminio y plástico. Estores de tela blanca. Lámparas de papel estirado. Paneles de cristal translúcido.

EL BABÚ

2 estrellas. Barrio Carrales, s/n. Caravia (Asturias). Teléfono: 985 85 32 72. Fax: 985 85 32 73. Central reservas: 902 10 38 92. Web: www.elbabu.com. Instalaciones: jardín, salón chimenea, sala convenciones (22), bar, restaurante. Cuartos: 5 dobles y 1 cuádruple. Algunas, adaptadas para discapacitados; no admite perros. Precio: temporada alta, 76; baja, 58; desayuno, 5,70. Todos + 7% IVA. Tarjetas: American Express, Master Card, Visa. Cierra: 15 de enero a 1 de marzo.

Arquitectura ...

6

Decoración ...

8

Estado de conservación ...

8

Confortabilidad habitaciones ...

7

Aseos ...

4

Ambiente ...

8

Desayuno ...

5

Atención ...

7

Tranquilidad ...

8

Instalaciones ...

6

La proximidad de la carretera -su mayor defecto- observa por fortuna un tránsito mínimo durante casi todo el día. De noche, con más razón, se duerme en absoluta paz. Asomadas al verde a través de unos amplios ventanales, las habitaciones destilan un carácter telúrico tan consistente como la obra gráfica que cuelga de las paredes. Tonos crudos con golpes de colores vivos. Sensación de tierra y mar, de monte y orbayu. Suavidad de edredones envolventes y esteras de diseño geométrico. Especialmente las dos buhardillas.

Qué pena los cuartos de baño. Habitáculos en las antípodas del diseño y la iluminación, con un kit cosmético vulgar o la mampara mal encajada. Más el ruido del ventilador.

El salón de estar está ambientado con un orden meticuloso y dotado de placeres tecnológicos: desde una pantalla gigante de televisión hasta telescopio. El acristalamiento de la estancia introduce el paisaje asturiano hasta la cocina y en los ángulos vivos del comedor, donde se ofrecen unos desayunos de sírvaselo todo usted mismo. Ocho mil metros cuadrados de finca vibran a su alrededor, entre tilos, manzanos y frutales.

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