Al borde de las constelaciones
Define César Camarero su obra Horizonte cuadrado como una "ópera poética de bolsillo". Y, en efecto, la poesía -de Vicente Huidobro, de Juan Larrea- está en la esencia de unas arias intercaladas en una historia policiaca inspirada en la realidad más que en la ficción. Es casi una apuesta imposible esta mezcla de contrarios, pero Camarero la sostiene con un armazón instrumental espléndido, en una curiosa combinación de cuerdas, piano, saxófono y acordeón, que recrea tanto la atmósfera de cine negro como la exquisitez poética. La tensión no decae en ningún momento gracias a una música bien trabada y con márgenes para la sugerencia e incluso para el misterio.
Tiene el compositor madrileño afincado en Sevilla la obsesión de la comunicación, de la inteligibilidad, y seguramente por ello intercala a efectos narrativos a una cantante con un actor, para que la primera se recree en los textos y el segundo cuente lo que está pasando y así nadie se pierda en la trama argumental. El espectáculo teatral es austero y está por debajo de la música, pero al menos no es pretencioso ni disparatado. Los instrumentistas se integran en la escena con unos graciosos trajes en blanco y negro de gángsteres con un toque de fantasía.
Horizonte cuadrado
De César Camarero. Dirección de escena: Günter Schwaiger. Escenografía: Elsa Mateu. Vestuario: Gabriela Salaverri. Con Marta Knörr(mezzosoprano), Alberto de Miguel (actor), Jesús Javier Librado (saxofones), Ángel Luis Castaño (acordeón) y Trío Arbós. Teatro Central, Sevilla, 24 de abril.
El público, muy joven, recibió la propuesta con vítores. Después de Granada y Sevilla, Horizonte cuadrado recalará en La Abadía de Madrid el 7 de mayo.
Babelia
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