"Un derroche sin sentido"
Los vecinos de Sagunto discrepan sobre la belleza del teatro pero la mayoría se opone a más obras por su alto coste
"No saps la de personal que ha pujat al teatre hui", comentaba distendidamente a media tarde de ayer una mujer desde su balcón, en la subida al teatro de Sagunto, a su vecina de enfrente. El auto que dicta la ejecución de la reversión de la remodelación del edificio no ha pasado inadvertido a la población, lo que se reflejó en este extraordinario trasiego de personas. Todos ellos, tanto los vecinos y visitantes que rondaban ayer los alrededores del teatro como los que paseaban por el pueblo, se dividen entre los que defienden el resultado estético de la intervención de los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli y aquellos que acusan a estas obras de haber envuelto en un sarcófago de mármol los restos del edificio romano.
Sin embargo, a la gran mayoría de los consultados por este diario, más allá de consideraciones estéticas, les unía un aspecto práctico: su negativa a la demolición del teatro por el alto coste y las molestias que tendrá en el pueblo.
Joaquín Gómez, de 28 años, ha vivido hasta hace un mes frente al teatro y le gusta la intervención realizada hasta 1993, año en el que se paralizó el proyecto. "La gente se cree que el estado anterior a las obras era el original, pero desconoce que eran restos de rehabilitaciones anteriores", explica, por lo que rechaza el argumento de que se quiera proteger el aspecto "falsamente original". También está en contra Ester, que regenta un bar situado muy cerca de monumento. "Es horrible lo que quieren hacer", apunta. "Es una animalada, un auténtico derroche sin sentido", señalaba ayer mientras pasaba un paño por la barra. Pero esta oposición no se basa sólo en el alto coste de las obras, sino en "la politización" de la cuestión: "Lo hacen días antes de las elecciones, y que no me digan que es una promesa electoral, hay muchísimas [promesas] que no se cumplen".
"Da sensación de cárcel", opinaba un grupo de personas de Vitoria que contemplaba el monumento. Uno de ellos, que había visitado el teatro antes de las obras decía que prefería el aspecto previo, y consideraba especialmente negativo el elevado muro del escenario, que tapa desde fuera la visión del graderío, y que la sentencia rebaja hasta los 1,2 metros. A este elemento se refirió también Rafael Ninyoles, de 59 años. "El muro rompe la trama urbana y destroza la visión histórica del barrio, aunque ya casi nos hemos acostumbrado", señalaba. Sin embargo, no está dispuesto a aguantar más trasiego de camiones, maquinaria, tráfico y "un nuevo castigo de varios años" de más obras. "Desde el punto de vista de los que estamos aquí esto es inaceptable", apuntó, "la obra ya está hecha". Más prosaico en su expresión fue Javier, de 39 años: "La cagada ya está hecha, pero después del dinero gastado no tiene sentido derribarlo; eso sí, tenían que haberlo construido al otro lado del pueblo". A Angelita, de 70 años, tampoco le gusta ni la obra ni "esa horrible pared que lo tapa todo", pero en contra de la mayoría de sus vecinos, apuesta por intervenir en el monumento y dejarlo "como estaba antes, o de otra manera, pero sin muro ni mármol en las gradas".
El debate sobre las obras se trasladó al pleno municipal donde vecinos de la Asociación Ciutat Vella desplegaron una pancarta, que solicitaba el "indulto del teatro". También el portavoz del grupo socialista del Congreso, Jesús Caldera, que se encontraba en Sagunto, se desplazó al teatro junto a la candidata del PSPV a la alcaldía, Gloria Calero, y una veintena de concejales y militantes para subrayar "el enorme daño" que supondrá dar marcha atrás en las obras..
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Demolición edificios
- TSJCV
- Obras municipales
- Consejerías autonómicas
- V Legislatura Comunidad Valenciana
- Restauración artística
- Sagunto
- Provincia Valencia
- Edificios ruinosos
- Monumentos
- Conservación vivienda
- Parlamentos autonómicos
- Generalitat Valenciana
- Patrimonio histórico
- Comunidad Valenciana
- Tribunales
- Teatro
- Gobierno autonómico
- Vivienda
- Parlamento
- Poder judicial
- Patrimonio cultural
- Comunidades autónomas
- Conservación arte
- Política autonómica