La izquierda y el PP pactan un sistema más proporcional para elegir los consejos comarcales

El Partido Popular (PP) y los tres grupos de izquierda del Parlament han puesto en un brete a Convergència i Unió (CiU) tras alcanzar ayer un pacto para implantar un sistema de elección de los consejos comarcales mucho más proporcional. La nueva fórmula -el 75% de los consejeros se elegirían en función de los votos obtenidos por cada formación política y el resto según el número de concejales- perjudica claramente a los nacionalistas que perderían la presidencia de una docena de consejos. Si CiU no se suma al acuerdo, la oposición amenaza con implantar un sistema proporcional basado en la Ley d'Hondt, más traumático para los intereses de la federación.

CiU impuso al crear los consejos comarcales una fórmula para su composición basada en el número de concejales, que le beneficia extraordinariamente, sobre todo en las zonas rurales, y perjudica a todos los demás partidos. Dos tercios de los consejeros se eligen en función de los ediles obtenidos por cada formación política, y el resto, según los votos, con independencia del tamaño de cada municipio. De esta manera, se favorece a las localidades pequeñas, con mayor implantación de CiU, en perjuicio de las ciudades más pobladas, donde tiene más peso la izquierda. Gracias a este sistema, los nacionalistas pueden gobernar en 28 de los 40 consejos comarcales.

Socialistas, Esquerra Republicana, Iniciativa per Catalunya y el PP acordaron ayer acabar con esta histórica discriminación, una vez superadas las triquiñuelas legales a las que CiU ha recurrido. Con miras a retrasar un pacto de la oposición, Convergència i Unió solicitó un dictamen al Consejo Consultivo que, inesperadamente, se volvió en contra de ella. La resolución avaló un cambio en el sistema de elección de los consejeros comarcales aun después de convocadas las elecciones municipales del próximo 25 de mayo.

Esquerra Republicana popronía invertir la fórmula actual, es decir, dos tercios según el número de votos y un tercio en función de los concejales. En cambio, socialistas, Iniciativa y el PP apostaban por aplicar la Ley d'Hondt. Ambos procedimientos castigaban, en mayor o menor grado, a CiU. De ahí su frontal oposición a modificar ni una coma de la ley.

Ayer, el bloque de izquierdas y el PP consensuaron una fórmula intermedia entre la planteada por los republicanos y el resto de los partidos, para allanar así la incorporación al pacto de los nacionalistas de CiU. La fórmula consensuada prevé que el 75% de los consejeros comarcales dependa del número de votos de cada partido y el resto se elija en proporción a los concejales obtenidos.

La rotunda negativa de CiU a sumarse al pacto no sorprendió a la izquierda ni al PP. El portavoz de los nacionalistas en el Parlament, Ramon Camp, opinó que el acuerdo es "el pacto de la vergüenza y va en la dinámica del cuatro contra uno". Camp denunció que los populares "les hacen el trabajo a los socialistas, con el aplauso de Esquerra Republicana".

Pero el no de CiU tendrá sus consecuencias. Los demás partidos están decididos a que el nuevo sistema entre en vigor tras las elecciones municipales de mayo y, por tanto, a aprobar la reforma en el pleno del Parlament del día 29. Si hasta entonces los nacionalistas se empeñan en oponerse al acuerdo, la izquierda y el PP no descartan dar luz verde a una fórmula más dañiña para CiU: elegir a los consejeros comarcales mediante la Ley d'Hondt.