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Columna
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A los de la Feria

Veo, es cierto, a mis compaisanos "en pie de guerra con Madrid" (o "casi", en palabras de Xabier Arzalluz). Paso por la panadería, y, de camino, veo a una pareja de veintitantos, amartelados, paseando con un perro "bobtail" en el extremo de una correa. Hombres y mujeres con sus carteras y carpetas bajo el brazo o contra el pecho, caminando presurosos desde sus puestos de trabajo hacia alguna cita de trabajo, mujeres que pasean sus coches con niño en una mañana de primavera (tan escasas este año), y pasar alguna ambulancia con su sirena. No veo niños, eso no. Deben estar todos en sus camas recuperándose de los rigores de unas mini-vacaciones a todo tren. O preparando las que aún van a "disfrutar". (Un posible puente, seguro en Álava, con el primero de mayo). Sí -es broma-, se les ve casi-en-guerra-con-Madrid.

Pudiera ser un espejismo, es cierto. Uno recuerda aún las playas de Beirut, en plena guerra civil, atestadas de bañistas. Tiendas abiertas en Bagdad mientras era bombardeada por "La Coalición". (A que suena a cosa siniestra). Pudiera ser. Puede que la procesión-guerra vaya por dentro.

El 86% de los vascos cree que la situación económica va regular o bien. (¿Para qué estropearlo con una guerra-con-Madrid?). El 21% cree que el mejor gobierno sería el de los nacionalistas, y el 18% un gobierno PNV-PSE-PP, es decir, de concentración. No parece que sea alta la beligerancia en la opinión sobre los gobiernos. El gobierno Aznar, suspende, por descontado. Pero entre los líderes puntuados entre el 5 y el 4, están -en ese orden- Ibarretxe, Atutxa, Errazti, Elorza, Madrazo, Patxi López, Zapatero y Llamazares. Algunos de ellos son Madrid, qué me va usted a decir. Y entre los menos valorados están Arzalluz con Oreja, y Otegi con Iturgaiz. Algunos de ellos, lo sabe usted, son de los insurrectos -contra- Madrid. El 50% está en desacuerdo con la expresión: "los vascos no somos españoles y no creemos en la nación española". Como para estar casi-en-guerra-con-Madrid. Y podríamos seguir.

Usted y yo somos capaces de tocar ese corazón (que es-pistola para Arzalluz) y conocer de su ternura y desconcierto ante lo que se le promete (Proyecto Ibarretxe) y lo que realmente le viene encima. Y es que usted y yo somos. (Seré, por una vez, insolente). Ellos no, ellos hacen de todo esto una arquitectura más o menos imaginativa, más o menos iluminada. Hablan de pueblos-casi-en-guerra sin renunciar a su estatus personal. Les aplaudimos a ratos. (Lo he visto). Pero sabemos, tenemos la convicción, de que nos están metiendo en una ratonera. Lo sabemos.

Todo esto es una verdadera broma. Las cosas están complicadas para ser los number one. (Y hay que serlo en esta Europa que viene...; salvo que se esté tocado por los dioses de la geografía y los de la economía: eje Londres-Berlín-Milán). Euskadi debe espabilar.

Mi panadero (tanto mío como suyo; no tengo la exclusiva, y lo sé) ha "salido" hasta Brincolaomar (Brinkola para nosotros, cerca de Legazpia; pero, no le descubra). Bromea él con esa obsesión nuestra por "salir": ¿Has tenido vacaciones? ¿Has salido a algún sitio? ¿El Mediterráneo? Él ha sido él mismo en ese lugar entre la aldea y la selva. (De los paseos a la caza seria -no oteada por otros-, del cultivo discreto a cierta reivindicación de su condición de aldeano). Chapó por él; quisiera esa paz para mí. Pero no le veo muy en-guerra-con-Madrid. Así como que le encuentro más bien relajado, reconciliado consigo, y con todos nosotros (incluso, con Madrid).

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Veo, es cierto, a mis compaisanos "en pie de guerra" (o casi) por salir de la mediocridad. ¿La guerra-con-Madrid? Un invento, no le quepa la menor duda de don Xabier. Pero, de tanto decirlo, nos agitan el alma y excitan nuestro ánimo. Fue algo tan común en los años treinta (los de las ideologías de la guerra civil), que no podemos reírnos de ello porque las ideas las carga el diablo.

El país está en paz. Casi en paz consigo mismo. Que el diablo-Arzalluz no cargue nuestros corazones.

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